Espejismo
Recuero la primera vez que te vi. Tú vestías de domingo, mientras yo me escondía tras mi disfraz de lunes gris. Era uno de esos días de invierno y tú bajabas enfundada en un abrigo, con las manos en los bolsillos y una cálida sonrisa que luchaba contra el frío. Caminabas tarareando una canción y yo, desde la otra calle entré en calor nada más verte, y mis pasos se detuvieron imaginándote cantando esa misma canción más cerca... en mi oído. No sé cuánto tiempo duró. Sólo recuerdo que al segundo siguiente alguien chocó conmigo, yo te perdí de vista y cuando volví a mirarte ya no estabas. Habías desaparecido de repente sin dejar rastro, y el frío volvió a golpearme con mucha más fuerza que antes mientras no dejaba de preguntarme si realmente existías o si no eras más que un espejismo.