Entradas

Mostrando entradas de enero, 2016

Así

Así... Primero un pie y luego el otro. Manteniendo el paso firme y avanzando seguros, aunque la procesión vaya por dentro y seamos en realidad un manojo de nervios. Así... Con la sonrisa marcada en los labios y la cabeza bien alta, como si no estuviésemos caminando por terreno hasta ahora desconocido. Como si este siempre hubiese sido nuestro sitio y estuviésemos ya hartos de recorrerlo. Así... Como si nadie nos estuviera mirando. Como si no hubiese gente alrededor y no se alzaran voces a nuestras espaldas, ni las que nos animan ni las que ponen el grito en el cielo. Así... Tal y como lo estamos haciendo. Juntos, de la mano y pensando únicamente en nosotros y en nuestras ganas de seguir caminando. Así... Como si no existiera el mundo más allá de nosotros. Porque mirándote a los ojos llego a creer que es cierto, que sólo existimos nosotros. Así. Aquí. Ahora

Te hablo

Te hablo de una tarde de otoño caminando por el parque, con las manos en los bolsillos y los ojos clavados en las hojas esparcidas por el suelo, pensando en lo mucho que te gustaría fotografiar aquel paisaje.  Te hablo de una noche de las de película y manta en el sofá de una casa a oscuras y solitaria. con la mente viajando una y otra vez hasta a ti, preguntándome qué estarías haciendo y si también estarías pensando en mi. Te hablo del impulso de coger el teléfono y marcar tu número después de diez minutos leyendo una y otra vez tu nombre, y llamarte sin motivo ni excusas pensadas, con el riesgo de parecerte idiota, solo por poder escuchar tu voz al otro lado. Te hablo de la sensación de tener miles de mariposas revoloteando y chocándose continuamente en el estómago, de mirar incansablemente el reloj maldiciéndolo por ir tan lento y de odiar cada uno de los semáforos que me encuentro en rojo justo el día que he quedado contigo. Te hablo de la sonrisa instalada en ...

Hubo un tiempo

Debo decirte que no siempre he sido así. Hubo un tiempo en el que era capaz de decir "Te quiero" sin que las palabras se me atragantaran en el pecho, porque aún creía que esas palabras eran sagradas. Hubo un tiempo en el que no tenía miedo a mostrarme tal y como soy, porque todavía nadie había utilizado eso en mi contra. Hubo un tiempo en el que era yo, sin todas esas cicatrices que te llenan de miedos, sin todas esas murallas y cerrojos que te impiden desnudar tu alma. Hubo un tiempo, antes de ti, en el que aún no se me había alojado un invierno dentro del pecho.

Supongo

Supongo que si alguien sale de tu vida es porque realmente ya no pintaba nada en ella. Supongo que si tú no haces nada por retenerlo es porque en el fondo no te importa que salga. Supongo que si la otra persona no reclama nada es porque no quiere estar en ella. Puestos a suponer, lo lógico sería que en ese caso nadie sufriese, ni se hiciese preguntas, ni sintiese remordimientos, ni nostalgia...  Tú saliste de mi vida, yo no moví ni un dedo para que te quedaras y tú no me reclamaste absolutamente nada. Cumplimos todos los supuestos, y aún así no dejo de hacerme preguntas que no puedo responder. Aún así desde que te fuiste hay algo que empaña todas mis sonrisas. Aún así sigo imaginándome cientos de finales distintos para la historia, todos mejores al que realmente tuvo. Aún así sigues apareciendo por mi memoria demasiadas veces a la semana... Supongo que el error es vivir a base de supuestos.

Olvidé borrar tu encanto

Ey, creo que alguna vez te vi en mi barrio, esperando a cruzar la calle vestida con tu sonrisa de diario, esa que entregas a cualquier desconocido sin saber que esa sonrisa hace milagros y cura alguna que otra cicatriz. Sí, creo que ya me enamoré de ti cuando no sabía ni tu nombre y no éramos más que dos extraños. No quiero mentirte... Juraría que al final no salió bien. Creo que ya he recorrido alguna vez Madrid buscándote en el vaivén del día a día, pensándonos en cada esquina, y persiguiendo sin descanso tu nombre. Te digo más... Creo que ya intenté olvidarte emborrachándome en la barra de algún bar. Creo que un día quise borrarte. Hice desaparecer tu rostro de mi mente, y quemé el rastro de los pasos que me llevaron a ti. Creo que lo conseguí.... Pero olvidé borrar tu encanto.