Es ella
Es ella, la que me alborota el pelo con solo mirarme, la que me despierta el nervio con cada sonrisa lanzada a quemarropa que avanza sin reservas hacia mi pecho. Es ella, la que me zarandea liberándome del peso muerto cargado sobre mi espalda y entrelaza nuestras manos después, invitándome a sobrevolar los tejados de esa gran ciudad que permanece dormida en su cuerpo. Es ella, pequeño pajarillo inquieto y alocado, la que pone color a mis mañanas con su dulce canto y aleja las sombras con el delicado pero firme batir de sus alas. Es ella, nada más y nada menos, sencilla y simplemente ella, el acento de cualquiera de estos versos, la tierra, el mar y el aire del planeta que construyo con mis sueños