Es ella
Es ella,
la que me alborota el pelo con solo mirarme,
la que me despierta el nervio con cada sonrisa lanzada a quemarropa
que avanza sin reservas hacia mi pecho.
Es ella,
la que me zarandea liberándome del peso muerto cargado sobre mi espalda
y entrelaza nuestras manos después,
invitándome a sobrevolar los tejados de esa gran ciudad
que permanece dormida en su cuerpo.
Es ella,
pequeño pajarillo inquieto y alocado,
la que pone color a mis mañanas con su dulce canto
y aleja las sombras con el delicado pero firme batir de sus alas.
Es ella,
nada más y nada menos,
sencilla y simplemente ella,
el acento de cualquiera de estos versos,
la tierra, el mar y el aire del planeta que construyo con mis sueños
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