Sonreír
Abrir los ojos y sonreír al instante, aunque el molesto rayo de sol no me permita ver nada todavía. Sonreír porque sé que estás aquí, conmigo. Sonreír porque es tu cuerpo pegado al mío el que va alertando a cada uno de mis sentidos. Sonreír al entender que los mejores sueños no se tienen mientras duermes. Sonreír por las cosquillas de tu respiración en mi cuello. Sonreír al enredar mis dedos en tu pelo. Sonreír al escucharte protestar entre murmullos inteligibles. Sonreír, en definitiva, porque contigo aquí no hay ningún motivo por el que no hacerlo.