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Mostrando entradas de agosto, 2013

Jugando a vivir

Da igual el tiempo que llevemos jugando a esto de vivir, porque por mucha experiencia que tengamos aún no hemos sido capaces de saber en qué consiste el juego. Nadie conoce las reglas, y si alguien está cerca de descubrirlas, de pronto la vida da un giro inesperado y las cambia por completo. La vida siempre fue una niña traviesa a la que le encanta jugar, y lo hace sin llegar a mostrar nunca sus cartas. Son pocos los años que llevo participando en este juego, y si hay algo que he sacado en claro es que no importa como juegues ni cuáles sean tus cartas, porque al final la vida siempre tiene un as debajo de la manga para ganar la partida. Tenemos que empezar a asumirlo: nadie puede controlar a la vida, más que ella misma. Es ella quien mueve nuestros hilos, la que decide nuestros caminos, la que lleva el control de todo. Es ella, no nosotros. Y si en alguna ocasión llegamos a creernos dueños de nuestro destino ahí está la vida para mostrarnos que tan sólo era un espejismo. Así es la...

Mini-sueño: La triste ausencia

Se desató la tormenta perfecta borrando gota a gota aquellos lejanos rayos de Sol. Las nubes cubren de negro el cielo que un día llegó a lucir de azul. Incluso la Luna, que antes lucía llena y radiante, ahora parece ser sólo una sombra de que lo que fue, siempre apagada y escondida entre miles de estrellas que parecen brillar sin ganas. El viento hace tiempo que cambió su melodía por una triste canción que ni siquiera se molesta en afinar. El mar, ese que siempre fue tan vivo, travieso y juguetón, parece haberse quedado sin fuerzas para nada, incluso la orilla se queja de que ya no se acerca a saludar. Todos parecen estar de luto. Todos se preguntan por qué se marchó. Cada noche miran hacia aquel rincón, su rincón, encontrándose con un hueco oscuro y vacío que sólo recuerda su adiós. Ya no hay rosas creciendo, tan sólo pétalos marchitos por el tiempo que recuerdan que no hay vuelta atrás. Todos han asumido que no volverá.

Vacaciones de Agosto

Siempre escuché aquello de que algún día dejaría de pensar que el tiempo pasa lento, que aprendería a reírme de mis fallos, a valorar cada momento vivido, a sacar el valor a los cosas pequeñas, a tener paciencia,  a disfrutar de las cosas que en aquel momento me parecían aburridas. Reconozco que nunca llegué a creerme aquello. Me tomé esas palabras a risa, como si fuera uno de esos cuentos que siempre me contaban de pequeña para tenerme entretenida. Ahora soy consciente de que quizás aquella era una de las más grandes verdades que me han dicho nunca, y ha sido el paso del tiempo el que me ha hecho darme cuenta de ello. Tampoco voy a engañar a nadie, soy aún demasiado joven para haberlo comprobado todo por mí misma, y eso hace que aún queden algunas de aquellas cosas que me dijeron que no he podido experimentar por mí misma, como aquello de saber reírme de mis fallos. Pero confío en que, con el paso del tiempo y conforme vaya viviendo, iré aprendiendo por mí misma lo que tanto ...

Crónica del alocado comienzo de un proyecto

Creo que todos en algún momento hemos soñado con las mismas cosas: escribir un libro, hacer un viaje alrededor del mundo, comprar una casa de ensueño, tener el dinero suficiente como para poder secuestrar a aquella pija repelente que iba a tu clase en el instituto y que tan guay parecía ser, meterla a la fuerza en un cohete y mandarla a Marte en un billete exclusivamente de ida a ver si con un poco suerte se desintegra delante de algún satélite para que tú puedas ver las imágenes… Bueno, puede que lo último sea cosa mía, pero estoy segura de que al leer esto todos habéis pensado en alguien y habéis disfrutado imaginando la escena. Lo sabéis. Lo sé. Bueno, el caso es que después de todo, la lotería sigue sin tocarme (creo que sería un buen momento para empezar a comprar), no ha aparecido ningún familiar lejano y desconocido que haya muerto dejándome como única heredera de su grandiosa fortuna ni ha aparecido ningún “muchi-millonario” con alma de buen samaritano que haya decidido ha...

El muro de la desconfianza

Todos nacemos siendo las personas más inocentes del mundo, confiando en todo cuanto nos rodea sin necesidad de pruebas o preguntas. Nacemos ignorando que las personas puedan moverse por algo más que no sea su buena fe. Sin embargo, bastan unos cuantos años para que sea la propia vida la que consiga abrirnos los ojos y mostrarnos otras realidades a nuestro alrededor. Conforme vas creciendo aparece en tu camino gente que te enseña aquello de que no es oro todo lo que reluce. De pronto te das cuenta de que no todos se acercan a ti con buenas intenciones, que no todos son tan inocentes como aparentan. En mi caso también fue la vida la que me hizo abrir los ojos poniendo a cierta gente en mi camino, y quizás eso fue lo que me hizo ser demasiado desconfiada con toda la gente que me rodea. Quizás sea por las veces en las que me he sentido engañada, quizás por las desilusiones que me he llevado en algún momento al querer ver en la gente algo que en realidad no eran. La verdad es que no lo...

Vive

Lo que hoy es una tormenta mañana será un arcoíris brillando en el cielo. Lo que hoy es un muro impenetrable mañana sólo será un montón de escombro. Lo que hoy es una herida profunda mañana será una leve cicatriz. Lo que hoy no son más que preguntas sin respuesta mañana se convertirán en lecciones de vida. Pero cuidado, porque el arcoíris que brilla en un cielo azul puede dar lugar a la peor de las tormentas. Los escombros pueden usarse para levantar nuevos muros, quizás más fuertes. Las cicatrices que han sido cerradas dejan paso a un nuevo trozo de piel expuesto a ser dañado. Las lecciones aprendidas pueden hacer aparecer un auténtico mar de dudas. Lo que hoy es el futuro mañana se convertirá en el ayer. Lo que hoy lo es todo mañana no será nada, absolutamente nada.  Lo que hoy está mañana se habrá marchado. Por eso no hay nada que pensar. Tan sólo ríe, llora, grita, calla, corre, frena, salta… Vive. Vive sin pensar en nada más que vivir, vive pensando en el hoy, vive d...