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Mostrando entradas de noviembre, 2013

Mini.Cuento: La valentía te hace gigante

Hace tiempo leí en un libro que hasta el más alto y admirado de los gigantes hubo un tiempo en que no era más que un niño, tan miedoso y frágil como cualquier otro. Ese libro decía también que, por curioso que pueda parecer, fue precisamente en esa época de debilidad cuando aquel niño, ahora gigante, había librado las batallas más duras y difíciles, cuando llevó a cabo el mayor acto de valentía de toda su vida. Y quién sabe, quizás fue precisamente en esa época de debilidad el momento en el que aquel frágil niño fue llamado a ser un gigante, tan fuerte que nada podría dañarle. No tiene mérito ser valiente cuando todo lo que te rodea te es favorable, lo realmente admirable es ser capaz de ser valiente cuando nada te invita a serlo. Y cuando alguien es capaz de ser valiente en ese momento en el que todo está perdido... Ese es el momento, ese es el momento en el que te haces tan gigante que nadie puede dañarte. 

Micro-Sueño: Un instante de felicidad

Una vez más la noche nos encuentra en el salón. Tu dormida en mi regazo y yo pensando:  "¿Será verdad o estoy soñando?". Observo en silencio tu pelo alborotado. Tu rostro relajado. Tu cuerpo entre mis brazos. Y yo sólo sonrío. Noto que se eriza la piel y sé que no es el frío.

Crónica de un relajante día campestre

Todo comenzó una tarde-noche de viernes con cinco amigos dialogando sentados en una mesa del Telepizza, mientras engullíamos como posesos tres pizzas familiares del tamaño de una rueda de camión cada una. Mientras dos se peleaban por el último trozo de pizza barbacoa, uno se atragantaba con la Coca-Cola y yo perdía todo mi glamour comiéndome un trozo de pizza carbonara como si de un sorbete de limón se tratara, una de las mentes pensantes (dentro de sus posibilidades) decidía que era el momento de plantear aquello sobre lo que llevaba varios días reflexionando: -Oye, ¿qué os parece si vamos a pasar el día al campo? Aquella pregunta sirvió para la mesa quedara en silencio por un momento mientras todos dirigíamos las miradas hacia el autor de aquella propuesta (yo, por supuesto, sin dejar de vigilar de reojo el último trozo de pizza de bacon con atún), preguntándonos si acaso le había sentado mal la cena para habersele ocurrido tal plan. Las reacciones no se hicieron esperar: ...

Caprichosa felicidad

Hay veces en las que la felicidad se esconde en los lugares más insospechados del mundo, en aquellos en los que nunca la hubieses esperado. A veces incluso se esconde en rincones incómodos a los que causa reparo entrar, en rincones que siempre habían estado cerrados para ti o en los que ni siquiera te habías planteado que pudiesen existir. A veces, cuando encuentras tu felicidad, te das de cuenta de que para poder alcanzarla debes superar ciertas barreras, porque ni tú mismo eres capaz de comprenderla. Te encuentras de pronto con que aquella felicidad que tanto habías buscado se encuentra a solo unos pasos de ti, tan cerca que ya eres capaz de verla. Sin embargo, si algo tiene la felicidad es que sólo te deja atraparla cuando aceptas sus condiciones, y sus condiciones no siempre son fáciles de cumplir. La mayoría de veces alcanzar la felicidad supone dejar atrás todo aquello en lo que llevabas años creyendo, renunciar a aquellas verdades que siempre habías considerado absolutas, b...

"Solidaridad" no sólo es ponerse un lazo rosa

Hoy es un miércoles como otro cualquiera, un día normal y corriente que no está marcado en rojo en ningún calendario ni tiene ninguna connotación especial. Hoy es un día que quizá para la gran mayoría pasará tan rápido como llegó, sin dejar ningún acontecimiento importante, sin aportar nada especial. Hoy sólo es un miércoles cualquiera de noviembre, y quizás por ser tan solo un día normal esté justificado aquello de andar con la mirada fijada en el suelo, sin reparar en la gente que nos rodea, sin mirar la realidad que nos envuelve, sin interesarnos por nadie más que por nosotros mismos.  Hoy en es un día normal y corriente, y en estos días la solidaridad parece estar guardada en algún viejo cajón oscuro a la espera de que llegue un nuevo día señalado en el calendario para poder desempolvarla y lucirla con orgullo, pensando que ser solidario una vez al año es suficiente. Alardeamos de ser solidarios por salir a la calle con un lazo rosa colgado en el pecho y por dejar en nuest...