"Solidaridad" no sólo es ponerse un lazo rosa

Hoy es un miércoles como otro cualquiera, un día normal y corriente que no está marcado en rojo en ningún calendario ni tiene ninguna connotación especial. Hoy es un día que quizá para la gran mayoría pasará tan rápido como llegó, sin dejar ningún acontecimiento importante, sin aportar nada especial. Hoy sólo es un miércoles cualquiera de noviembre, y quizás por ser tan solo un día normal esté justificado aquello de andar con la mirada fijada en el suelo, sin reparar en la gente que nos rodea, sin mirar la realidad que nos envuelve, sin interesarnos por nadie más que por nosotros mismos. 

Hoy en es un día normal y corriente, y en estos días la solidaridad parece estar guardada en algún viejo cajón oscuro a la espera de que llegue un nuevo día señalado en el calendario para poder desempolvarla y lucirla con orgullo, pensando que ser solidario una vez al año es suficiente. Alardeamos de ser solidarios por salir a la calle con un lazo rosa colgado en el pecho y por dejar en nuestras redes sociales algún mensaje de apoyo a las personas que están luchando contra el cáncer de mama cada 19 de octubre, aunque el resto del año nos olvidemos de la enfermedad y de la gente que lucha contra ella, aunque el resto del año miremos hacia otro lado. 

Como digo, hoy no deja de ser un día normal y corriente para la mayoría de nosotros en el que nadie nos reclamará que seamos solidarios, ni nos juzgará por no lucir un lazo rosa o por manifestar nuestro apoyo a las víctimas del cáncer. Hoy no es 19 de octubre, pero para mucha gente este sí es un día señalado en el calendario, igual que lo fue ayer, igual que antes de ayer e igual que tantos y tantos días atrás. 

Hoy es un día señalado en el calendario de aquellos que se encuentran en plena lucha para vencer al cáncer, porque aunque las noticias no se hagan eco, hoy han vencido con esfuerzo una nueva batalla de esta guerra y ya les falta un día menos para salir de la enfermedad. Hoy es un día señalado para los padres, los hermanos, las parejas y los amigos de los pacientes, para aquellos que no entienden de solidaridad cargada de hipocresía, para aquellos que no necesitan excusas para entregar todo su ánimo y sus fuerzas, para implicarse en la lucha contra el cáncer los 365 días del año.

La implicación en la lucha contra el cáncer, así como en tantas otras causas, no debería entender de fechas especiales ni de días señalados en un calendario. La solidaridad no debería estar reservada a unos pocos días al año que pronto caen en el olvido.




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