Si me concentro...
Si me concentro y cierro por un momento los ojos aun soy capaz de sentirte al lado, de oler la fragancia de tu colonia preferida combinada con el aroma de tu pelo, y de escucharte pronunciando mi nombre. Si me concentro un poco más, soy capaz incluso de convencerme que todo eso es real y no una simple ilusión de mi mente. Si cierro un poco más fuerte los ojos y sigo concentrándome, al final hasta soy capaz de creer que hubo un tiempo en que me querías y llego a pintar falsos recuerdos felices en mi cabeza, aunque nunca existieran.
Pero la concentración no dura eternamente, y lo cierto es que al final siempre acabo abriendo los ojos. Y llega la luz, y con ella se van borrando los recuerdos felices, la absurda idea de que me querías, tu voz (y con ella mi nombre), tu aroma (y con ella el aire) y tu presencia (y con ella yo). Y mi mente se apaga de nuevo hasta el siguiente rato de concentración.
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