Entradas

Mostrando entradas de abril, 2016

No creo en el amor a primera vista

¿Sabes? No creo en el amor a primera vista. No creo que sea posible enamorarse de alguien al que hace un segundo ni siquiera conocías. Para mí el amor necesita de la confianza, de las conversaciones -con sentido y sin él-, de la cercanía, del contacto, de la seducción, de los nervios y del tiempo, independientemente de cuánto sea, porque hay quien se enamora en una semana y quien necesita varios meses para hacerlo. Yo creo en la conexión, en la química, en los presentimientos, en esos escalofríos que consiguen provocarte algunas miradas al atropellarte por sorpresa, en el imán de esas sonrisas que te hacen detenerte en mitad de una calle repleta de gente solo para poder mirarlas, en esa sensación que se tiene de vez en cuando al conocer a alguien y te dice que pase lo que pase esa persona será especial, en esas ganas de querer saber más de alguien que se te despiertan en el mismo momento en el que habláis por primera vez... Yo creo en todo aquello que sentí la primera que me encontr...

Si te tuviese ahora delante

Si te tuviese ahora delante me lanzaría a tus labios con toda la fuerza que me faltó entonces para vencer al miedo y, tragándome el nudo de la vergüenza, te confesaría cuántas veces he deseado hacerlo mientras me hablabas. Te apartaría de la frente ese mechón rebelde que siempre se ha resistido a permanecer en su sitio y te diría lo mucho que me gusta perderme en el verde oculto de tus ojos. Si volviésemos a estar frente a frente, en aquel momento y en aquel lugar, respondería a aquella maldita pregunta atrapando tu cuerpo entre mis brazos, en un abrazo tan fuerte y cálido que dijera por mí todo aquello que entonces no supe decir, un abrazo que calmara todas tus dudas y todos mis anhelos.  Si te tuviese ahora delante, mirándote a los ojos te diría que sí, que tenías razón, como casi siempre, aunque ya sea demasiado tarde, aunque quizás ya no tenga sentido, aunque ya no quieras escucharlo.

Nuestras herramientas

Cuando nacemos nos lanzan al mundo sin habernos preguntado previamente si era lo que realmente queríamos. Simplemente nacemos y lo hacemos desnudos, sin ningún tipo de escudo que nos pueda proteger ante todo lo desconocido que se nos viene encima, y sin ninguna pauta o ningún libro de instrucciones que nos marque el camino y nos diga qué debemos hacer o hacia dónde debemos ir. Somos nosotros, con nuestras circunstancias los que, a base de pasos en falso, de tropiezos, de caídas, de errores y de algún que otro acierto, construimos nuestro camino, nuestras barreras, nuestro propio refugio y nuestra propia filosofía de vida. Esas son nuestras herramientas para construir nuestro presente y nuestro futuro, para llevar a cabo nuestras propias elecciones, para tomar todas nuestras decisiones y para, en definitiva, construir nuestra propia vida. Unas elecciones que posiblemente no todo el mundo comparta, unas decisiones que otros pueden interpretar como un error y una vida con la que puede qu...

No digas nada

No digas nada. En realidad no hace falta. Solo quédate ahí, en silencio al otro lado de la almohada, mirándome a los ojos como quien descubre el mar por primera vez, mientras mi mano juega a enredarse en tu pelo. No digas nada. Créeme, no hace falta decir nada. Dejemos que sean nuestros ojos, cada poro de nuestros cuerpos, los que lo digan absolutamente todo.

Gestos pequeños, pero valiosos

Valoro mucho a esas personas que, sin esfuerzo y sin ser conscientes de ello, tienen la capacidad de facilitar la vida de todos los que tienen cerca a base de pequeños gestos, a veces tan sutiles que se pasan por alto, pero no por ello menos valiosos. Gente que da los buenos días cuando entra a los sitios aunque no conozca a nadie. Gente que dedica una sonrisa de despedida al extraño con el que ha compartido viaje antes de bajarse del autobús. Gente que vuelve al supermercado para devolver el dinero que la cajera le ha dado de más. Gente que se acerca a ti sin conocerte para darte un caramelo que calme tu ataque de tos. Gente que sujeta la puerta cuando te ve llegar cargada de bolsas. Gente que detiene sus pasos por la calle para ayudarte a recoger los papeles que se te han caído al suelo. Gente que cada día deja pagado en el bar un café con leche y un par de tostadas para que no le falte el desayuno al señor que duerme en un banco del parque... Gente que, con sus pequeñas grandes acc...

Lo que jamás llegó a escribirse

Después de todo debería haberte olvidado, y sin embargo tu nombre me sigue sacudiendo como el peor de los huracanes. Sigues estando aquí, aunque tú no lo sepas, aunque ya no te toque, aunque ya no te mire, aunque ya no te huela. Puede que decidieras irte, pero te dejaste aquí tu recuerdo y el eco de todo aquello que pudo haber sido. Me amargan los labios por todos aquellos besos que no nos dimos, y las manos me arden por todas las caricias que murieron antes de materializarse en tu cuerpo. Debería borrarte, y tengo que hacerlo pero, ¿cómo se borra lo que jamás llegó a escribirse?