Gestos pequeños, pero valiosos

Valoro mucho a esas personas que, sin esfuerzo y sin ser conscientes de ello, tienen la capacidad de facilitar la vida de todos los que tienen cerca a base de pequeños gestos, a veces tan sutiles que se pasan por alto, pero no por ello menos valiosos. Gente que da los buenos días cuando entra a los sitios aunque no conozca a nadie. Gente que dedica una sonrisa de despedida al extraño con el que ha compartido viaje antes de bajarse del autobús. Gente que vuelve al supermercado para devolver el dinero que la cajera le ha dado de más. Gente que se acerca a ti sin conocerte para darte un caramelo que calme tu ataque de tos. Gente que sujeta la puerta cuando te ve llegar cargada de bolsas. Gente que detiene sus pasos por la calle para ayudarte a recoger los papeles que se te han caído al suelo. Gente que cada día deja pagado en el bar un café con leche y un par de tostadas para que no le falte el desayuno al señor que duerme en un banco del parque... Gente que, con sus pequeñas grandes acciones consiguen que el mundo, a pesar de todo, siga siendo bonito

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