Hace un momento

Hace un momento la gente caminaba con prisas en todas direcciones sin ningún tipo de control ni cuidado, la megafonía resonaba a todo volumen sumándose al incansable ruido de tacones, maletas y voces, un niño lloraba sin consuelo a solo unos metros después de haberse caído al suelo, dos jóvenes reían a carcajadas mirando algún cartel y un señor de traje y corbata discutía demasiado fuerte por teléfono. Pero eso era hace un momento.

Ahora ya no hay voces altas, ni carcajadas, ni llantos, ni maletas rodando, ni tacones marcando el paso, ni gente con prisas -aunque sospecho que todo eso sigue estando donde estaba-. Ahora solo hay unos ojos reencontrándose con los tuyos y unos brazos que se mueren por rodear tu cuerpo, mientras un corazón se desboca en el pecho ante la enorme alegría de volver a sentirse en casa después de tanto tiempo.



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