¿Somos todos iguales ante la ley?


La semana pasada salía a la luz la noticia de una madre condenada a prisión por gastar unos 200€ en comida y pañales con una tarjeta de crédito encontrada en la calle, la cual ella misma entregó a la policía después de usarla. Este caso ocurrió hace ya algunos años, y esta madre fue condenada a varios meses de trabajo social y a más de un año de cárcel. Cuando vi a esta mujer contando su caso en televisión vi a una persona que asumí su culpa y estaba arrepentida por su error, y vi a una madre desesperada  y dispuesta a todo para no tener que separarse de sus hijas. Sin embargo, después de sus muchos intentos frustrados para llegar a un acuerdo, y a pesar de que ni siquiera la dueña de la tarjeta de la que se extrajo el dinero vea justa la decisión, parece que esta mujer deberá cumplir su condena en la cárcel, separándose así de sus hijas.
Soy consciente de que lo que hizo esta señora es un delito, y que como tal está penado por la ley. Sin embargo, pongámonos por un momento en la situación de esa mujer, madre de dos hijos y con graves apuros económicos. ¿Acaso no habrías actuado igual? Sí, esa mujer gastó un dinero que no le pertenecía, pero lo usó para darle de comer a sus hijas, lo usó para comprar productos de primera necesidad. Aunque esta mujer no actuó bien, puedo comprender los motivos que la llevaron a hacerlo.
Ahora, pensemos en todos los casos de corrupción que han afectado a nuestro país en los últimos años, como el de Camps, Urdangarín y un largo etcétera. Todos ellos tienen en común una más que buena situación económica y, como diría mi padre, todos ellos tenían una vida resuelta. Sin embargo, a pesar de contar con una situación privilegiada y a pesar de no tener ninguna necesidad, optaron por aumentar sus cuentas a expensas de dinero público, llevándonos a la situación en la que nos encontramos ahora. ¿Y cuál ha sido su castigo? No sé en que quedará la trama de Urdangarín (aunque me temo lo peor), pero sí sé cómo ha acabado la del señor Camps: en nada. De hecho, basta con echar un ojo a la situación de la Generalitat Valenciana, donde hay una larga lista de implicados en varios casos de corrupción que siguen en su puesto, ganándose su sueldo.
Yo solo me pregunto una cosa: si a una persona que roba menos de 200€ la condenan a más de un año de prisión, ¿cuántos años le corresponden a los que han robado millones y millones de euros? ¿Y por qué la mayoría de esos ladrones siguen en sus puestos de trabajo y con los bolsillos llenos, mirando al resto de ciudadanos por encima del hombro? “Todos somos iguales ante la ley”.  Lamentablemente no, no todos tenemos los mismos derechos.

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