Un mundo de pequeñas cosas
Actualmente vivimos empeñados en conseguir grandes cosas, en
marcarnos metas cada vez más altas. Vivimos obsesionados en conseguir aquella
casa enorme con la que llevamos soñando desde hace años, ese ascenso que
siempre hemos estado buscando... Tanto nos empeñamos en conseguirlas que ni
siquiera nos damos cuenta de las cosas que dejamos escapar por no darles la
importancia que merecen. Nos obsesionamos
por alcanzar nuestras metas más ambiciosas, creyéndonos que de esa forma alcanzaremos
la felicidad, pero, ¿no os ha ocurrido alguna vez que, en el momento en el que
conseguís algo que habéis estado deseando con todas vuestras fuerzas durante
mucho tiempo, simplemente deja de tener valor para vosotros?
Vivimos empeñados en
buscar la felicidad detrás de grandes cosas sin darnos cuenta de que, la
mayoría de veces, nuestra felicidad está más cerca de lo que pensamos. Porque
más allá de todo eso, existe un gran mundo de pequeñas cosas, solo al alcance
de unos pocos. Un mundo cargado de detalles que pueden parecer insignificantes
a los ojos de la mayoría, pero que son los que le dan sentido a la vida. Un
mundo formado por esos detalles que no somos capaces de apreciar hasta el
momento en el que los perdemos. A nuestro alrededor existe un mundo formado por
las miradas repletas de ilusión; por aquellas caricias entregadas desde el
corazón; por esa sensación de saberte en casa con solo sentir el olor de la
persona a la que quieres; por la inocencia de un niño; por un abrazo dado sin
motivo; por un "te quiero" a destiempo; por la sensación de paz al
caminar por la orilla del mar; por ese olor que te transporta a tu infancia;
por esa imagen que nunca borrarás; por aquel libro que te hace viajar sin
moverte de casa; por esa canción que consigue llegarte al alma.....
Son las pequeñas cosas las que consiguen llenar el alma, las
que tienen la llave hacia la felicidad. Son esos pequeños detalles los que tienen
el poder de convertir un buen momento en
un momento único. "Son los pequeños momentos los que en el recuerdo se
hacen grandes".
Bonita reflexión, debemos valorar más las cosas pequeñas de la vida y seremos más felices. Gracias por compartir tu blog.
ResponderEliminarPor desgracia, esta sociedad en la que vivimos nos empuja al materialismo, al consumismo, y a buscar la felicidad en el sitio equivocado... Queremos el coche del vecino, y a poder ser más grande y caro aún; queremos la casa en la playa; queremos el móvil de última generación... ¿Pero de qué sirve todo esto si no tenemos con quién compartirlo?
ResponderEliminarBien dices que la felicidad está en las pequeñas cosas, y en tener gente a tu lado que te haga reir, llorar de emoción, etc...
Muaks :-)
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