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Mostrando entradas de mayo, 2014

Exámenes: Yo he venido aquí a jugar

Estamos en época de exámenes (bueno, estoy yo y con eso me vale para generalizar) y aunque ya en alguna ocasión he hablado de las extrañas costumbres y rutinas que se adquieren durante estos estresantes días, hoy quiero hablar, no de la preparación de los exámenes, sino de lo que ocurre en el día D a la hora H en el sitio S... Lo que viene siendo en el examen, a ver si os lo tengo que explicar todo.  Durante los minutos previos al examen es posible detectar entre la multitud los distintos perfiles que existen entre los alumnos. En primer lugar tenemos al grupo de los " aplicados ", los cuales llegan a la puerta de la clase más de una hora antes de la hora programa del examen cargados de libros, folios, ordenadores y apuntes en los que descubres que existen subrayadores de colores que en tu puñetera vida has visto.Y lo más alucinante de todo no es que tengan para una única asignatura más apuntes de los que tú has tomado a lo largo de toda tu vida estudiantil, lo realmente...

El acoso de los talifanes

Esta entrada es algo diferente a las que suelo escribir en el blog y puede que no esté escrita de la mejor forma, pero hay cosas ante las que resulta prácticamente imposible permanecer en silencio, por mucho que queramos. No voy a poner nombres, primero porque considero que es una forma de darle demasiado bombo a un tema que no lo merece, y segundo porque me parece que lo importante no son los protagonistas, sino los hechos que me han llevado a escribir esta entrada. Pongamos un ejemplo. Imaginemos por un momento la existencia de un artista (no importa si actor, cantante o presentador) al que, a pesar de sus muchos años de trabajo a las espaldas, las circunstancias hacen que tenga mucha más repercusión de la que tenía anteriormente, y esto los hace convertirse en uno de los personajes más populares y con más éxito del momento. A partir de este momento, como es lógico, el éxito se traduce en más trabajo, pero también en mayor cantidad y variedad de público. Entre esos nuevos seguidore...

Los días grises

Nunca me han gustado los días grises. Me parecen días tristes y aburridos con demasiado poder sobre nuestro estado de ánimo. Parece que el encontrarnos con un día gris nos da la excusa perfecta para encerrarnos en casa con ropa cómoda y dejarnos llevar por la nostalgia, incluso para sacar nuestro peor humor. No me gustan los días grises, y si por mí fuese haría tiempo que hubiesen dejado de existir. Sin embargo, alguien me dijo una vez que, aunque a poca gente le gusten, los días grises son tan necesarios, o incluso más, que los días buenos. Al fin y al cabo es precisamente durante esos días grises cuando te das cuenta de la valía de un día bonito, de lo que darías por estar en uno de esos días. Los días grises son tan necesarios como incómodos, como todo lo "menos bueno" que tiene la vida. Quizás nadie los ha pedido, a nadie le gustan ni nadie los entiende, pero los necesitamos. Porque solo a base de días grises aprendes a disfrutar de los días bonitos.

Micro-sueño: ¿Cuándo fue la última vez?

¿Cuándo fue la última vez que besaste a ojos cerrados y corazón  abierto? ¿La última vez que acariciaste con el alma saliendo del pecho para colarse dentro de otro cuerpo? ¿Cuándo fue la última vez que caminaste bajo la lluvia, sintiendo las gotas frías sobre tu piel? Dime, ¿cuándo fue la última vez? ¿Cuándo fue la última vez que sentiste sin peros ni reservas, con tus sentidos al máximo rendimiento? ¿Cuándo fue la última vez que te atreviste a vivir, a saborear sorbo a sorbo cada uno de los placeres de la vida? Y lo más importante.. ¿a qué esperas para volver a hacerlo?

Ven. Dame tu mano

Ven. Dame tu mano y cierra los ojos. Te enseñaré a hacer magia sin trucos. Aprenderás a volar sin despegarte del suelo, y a soñar con los ojos abiertos. Ven. Dame tu mano y vayámonos lejos. Caminemos hasta dejar atrás el mundo. Y que el ruido más fuerte sea el de un susurro, nacido en tus labios y muerto en mi pecho. Vamos, no vayas a decirme que tienes miedo. No te me escondas detrás de tus muros. Si tú me lo pides construyo un camino hasta el cielo, y te juro que no encontrarás un lugar más seguro. Ven. Dame tu mano, solo dame tu mano. No tienes más que dejarte llevar. Tú dame tu mano y yo te aseguro, que por nada del mundo la pienso soltar.

Mini-sueño: Si vas a quedarte tranquila

Te dije una vez, no vayas a pensar nada bueno de mí. Y a pesar de eso no quisiste hacerme caso. Siempre te ha gustado llevarme la contraria, y creo que fue solo por eso por lo que diste el paso. No puedo decirte que lo sienta, precisamente porque lo he sentido demasiado. Pero si acaso te arrepientes no vayas a preocuparte que no me enfado cariño si me olvidas... Si vas a quedarte tranquila yo te prometo que te he olvidado, aunque por dentro sea tu recuerdo quien me acompañe, aunque tu nombre me siga escociendo en los labios. Si vas a quedarte tranquila te ahorro el mal trago, yo aprieto los puños, agacho la vista y me hago a un lado. No vayas a sentirte culpable mi vida, que si te es más fácil hacemos como que no ha pasado. Si vas a quedarte  tranquila no te preocupes que por ti lo hago, aunque me cuesta me convenceré de que lo he soñado.

Cambios repentinos

No sé si será por esta sensación extraña con la que he despertado, o por este calor temprano que ha decido acompañarnos. No sé siquiera si existe un motivo claro, pero lo cierto es que hoy me sorprendí pensando si acaso no sería este el momento perfecto para cambiarlo todo. ¿Qué más da cuál sea el número que hoy luzca el calendario? ¿Qué importarán los números que tenga grabados el reloj en este momento? Quizás no existan excusas para llevar a cabo este giro de 180 grados precisamente hoy. ¿Acaso importa? ¿Son necesarias las excusas? Si es así, más adelante inventaré alguna,ahora estoy demasiado ocupada cambiando mi vida.

Me gustas así

Me gusta que aparezcas así, sin avisar. Que sin esperarte de pronto te vea llegar. Que al mirarte mi pulso se altere. Y mi corazón se vuelva loco gritando tu nombre cuando te encuentre de pronto entre la gente. Sí, me gustas así. Me gusta que mi mente te busque, que te piense cuando algo me sorprenda. Y que al pensarte mis ojos se cierren, mis labios sonrían y mis manos te extrañen. Sí, me gustas así. Me gusta poder mirarte en la noche. Que aún durmiendo sonrías si me notas moverme. Que invadas mi lado de la cama al levantarme, y que mi olor en la almohada te calme. Sí, me gustas así. Me gusta que me busques con la mirada. Que siempre me tengas una sonrisa guardada. Que me abraces sin motivo, y que cojas mi mano en silencio. Que sean tus ojos los que digan "te quiero". Sí, me gustas así. Me gustas así. Tan tuya, tan mía, tan libre... Sí, me gustas así.

La verdadera libertad

Es curioso. Te pasas media vida persiguiendo sentirte libre, haciendo todo lo posible por conseguirlo. En nuestra búsqueda por la libertad a veces apartamos a gente de nuestro lado, solo porque pensamos que la condición para ser libre es no entregarte a nadie. Y no nos damos cuenta de lo equivocados que estamos. Sin embargo llega el día en el que aparece en tu vida la persona  destinada a hacerte descubrir lo que es sentirse libre. De un momento a otro empiezas a descubrir que la verdadera libertad no es la que se encuentra estando solo, sino aquella que te embarga al caminar de su mano, la que sientes cuando al mirar sus ojos comprendes que estás donde siempre quisiste, que no hay ningún otro lugar del mundo que importe. Descubres sin pretenderlo que todos tus esfuerzos por ser alguien fuerte no han servido de nada, porque la verdadera fortaleza no reside en aguantar cada uno de los golpes que recibes, sino en tener a tu lado a quien te levante después de caer, a quien te ced...