El reto de olvidarte
Es bastante fácil en las mañanas.
Siempre te olvido a partir de las 10.
Desapareces de mi mente,
se borran de mi piel tus caricias
y ya no eres ni un recuerdo en mi pared.
El problema llega cuando el reloj marca las 3.
Las noticias solo dicen tu nombre,
mis manos sin permiso te buscan,
mi cabeza empieza a pensarte
y es que te apareces hasta en el café.
Es mucho peor en la noche.
La cama siempre se me hace grande,
mis sueños sin descanso te reclaman
y hasta el silencio no deja de llamarte.
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