A veces, mientras te miro quisiera decirte tantas cosas que mis palabras se atropellan y termino por guardar silencio, con los ojos clavados en ti y una sonrisa adornando mi rostro. Supongo que desde fuera debo parecer idiota en esos momentos, pero he descubierto que me encanta mirarte cuando no te das cuenta. Observarte cuando andas con tu atención puesta en cualquier cosa de la calle, cuando se te van los ojos detrás de cualquier perro que te encuentras en tu camino, cuando algo te hace tanta gracia como para reír a carcajadas, cuando ordenas tus cosas tarareando alguna canción, cuando bailas en la cocina mientras preparas el desayuno o mientras frunces el ceño viendo alguna película que no termina de gustarte. Me he dado cuenta en este tiempo de lo mucho que me gusta descubrir el mundo a través de tus ojos, de que, en cualquier atardecer, lo más especial es el brillo en tu mirada mientras te deleitas con él. Porque no se trata de lo que ves sino de cómo lo miras, y tus ojos son ese...
Tu boca repite una y otra vez que ya no la quieres, tantas veces que incluso tú misma empiezas a creerlo, pero lo cierto es que tus ojos siguen brillando cada vez que alguien pronuncia su nombre de imprevisto, o cuando te encuentras por sorpresa con una foto suya en Instagram porque a alguno de vuestros amigos le ha gustado. Y entonces, como por arte de magia, todas tus barreras desaparecen por un momento, y tu boca se ve obligada a guardar silencio mientras tu mente vuela sin remedio a su lado, recreando cada sonrisa, cada abrazo, cada beso, cada susurro, cada caricia, cada noche en vela, cada locura compartida, aquella última mirada que tanto decía y que nunca quisiste escuchar... Y una sonrisa nostálgica invade tu rostro, cada fibra de tu cuerpo se estremece ante el recuerdo de su piel rozando la tuya y tu respiración se entrecorta mientras te asaltan miles de dudas: " ¿De verdad esto tiene sentido? ¿Y si me equivoqué? ¿Me echará de menos? ¿Pensará también en mí? ¿Sentirá lo ...
Esta entrada es algo diferente a las que suelo escribir en el blog y puede que no esté escrita de la mejor forma, pero hay cosas ante las que resulta prácticamente imposible permanecer en silencio, por mucho que queramos. No voy a poner nombres, primero porque considero que es una forma de darle demasiado bombo a un tema que no lo merece, y segundo porque me parece que lo importante no son los protagonistas, sino los hechos que me han llevado a escribir esta entrada. Pongamos un ejemplo. Imaginemos por un momento la existencia de un artista (no importa si actor, cantante o presentador) al que, a pesar de sus muchos años de trabajo a las espaldas, las circunstancias hacen que tenga mucha más repercusión de la que tenía anteriormente, y esto los hace convertirse en uno de los personajes más populares y con más éxito del momento. A partir de este momento, como es lógico, el éxito se traduce en más trabajo, pero también en mayor cantidad y variedad de público. Entre esos nuevos seguidore...
Ummm... luna? cuerpecillo de gitana? caderas? mirada? creo que ya se de quien habals ;-)
ResponderEliminarNo lo creo porque no está basado en nadie, pero cada uno que se lo lleve donde quiera :-) jajaja
Eliminar