No tenemos más remedio
Si algo define a la vida, es el esfuerzo y la aventura. Desde el momento en el que nacemos estamos obligados a luchar a ciegas por llegar a un sitio que ni siquiera sabemos cuál es. En el momento mismo del nacimiento debemos dejar atrás todo cuanto conocemos para ir a otro mundo totalmente diferente al que nadie nos preguntó nunca si queríamos ir. Pero lo hacemos, porque no tenemos más remedio. Más adelante tenemos que enfrentarnos a eso del equilibrio, y cuando más cómodos estamos viajando siempre en brazos de alguien es cuando nos hacen bajar al suelo para que empecemos a andar, sin que nadie nos haya dicho cómo se hace. No sabemos cómo ni por qué hay que hacerlo, pero al final lo acabamos haciendo, porque no hay más remedio. Después llega el momento en el que, después de no haberte separado nunca de tus padres, de pronto llega el día en el que te dejan en un lugar extraño, repleto de gente que no conoces y en el que no sabes qué es lo que tienes que hacer. Y la única explicación...