Al mundo de los sueños

En su bolsillo aun vivo un recuerdo que la invita a volar cuando sus alas, dañadas por el viento, son incapaces de mantener el equilibrio. Cuando sus pies están cansados de luchar contra las piedras del camino, son sus sueños los encargados de tomar las riendas y alejarla velozmente de sus miedos, transportándola a aquel lugar secreto donde no hay problemas, ni tristezas, ni sombras que borren el brillo de los ojos...

En el mundo de los sueños sólo somos lo que queremos ser, perseguimos lo que realmente queremos, y decimos lo que realmente pensamos, sin filtros o caretas, sin nada que nos impida dejar nuestras cartas a la vista y sin las reservas que nos llevan a cerrar con pestillos nuestra puerta. Por eso a veces se hace necesario viajar al mundo de los sueños. Porque sólo así somos capaces de apartar todos los velos que nos impiden ver con claridad nuestra realidad. Sólo viajando al mundo de los sueños conseguimos encontrarnos a nosotros mismos y llegamos a conocer nuestros propios deseos.

En el mundo de los sueños conseguimos desmaquillar nuestra realidad y verla tal y como realmente es, y solo cuando conseguimos conocer la realidad que vivimos podemos saber cuál es la realidad que realmente queremos, y cuál es el camino que debemos coger para llegar hasta ella.

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