Tu boca repite una y otra vez que ya no la quieres, tantas veces que incluso tú misma empiezas a creerlo, pero lo cierto es que tus ojos siguen brillando cada vez que alguien pronuncia su nombre de imprevisto, o cuando te encuentras por sorpresa con una foto suya en Instagram porque a alguno de vuestros amigos le ha gustado. Y entonces, como por arte de magia, todas tus barreras desaparecen por un momento, y tu boca se ve obligada a guardar silencio mientras tu mente vuela sin remedio a su lado, recreando cada sonrisa, cada abrazo, cada beso, cada susurro, cada caricia, cada noche en vela, cada locura compartida, aquella última mirada que tanto decía y que nunca quisiste escuchar... Y una sonrisa nostálgica invade tu rostro, cada fibra de tu cuerpo se estremece ante el recuerdo de su piel rozando la tuya y tu respiración se entrecorta mientras te asaltan miles de dudas: " ¿De verdad esto tiene sentido? ¿Y si me equivoqué? ¿Me echará de menos? ¿Pensará también en mí? ¿Sentirá lo ...
Comentarios
Publicar un comentario