Un principio. Una historia. Una vida
Fue durante un día cualquiera de un mes de invierno en algún rincón del mundo. ¿Qué importan el dónde y el cuándo? Lo único importante de esta historia es el qué. Fueron dos desconocidos encontrándose por primera vez, descubriéndose sin prisas mientras sienten las ganas, aunque también el recelo, de dejarse llevar a ciegas, sin importarles si quiera hacia dónde, sin querer pensar en qué lugar les descubrirá el mañana.
Fue una noche de nervios teñidos de ilusión, de recuerdos pasados y de futuros por llegar. Fue una noche de silenciosas batallas. A un lado el miedo y las ganas de salir corriendo ante el eco de un cercano pasado repleto de tormenta, y al otro la curiosidad y el deseo de lanzarse a la piscina sin necesidad de ver nada más, pensando que ya se encargaría el tiempo de descubrir lo que hay más allá.
De pronto llegó la calma a través de su voz, haciéndose un hueco entre ganas y miedos, entre recuerdos y sueños. Bastó una caricia sincera, una mirada serena y una sonrisa nerviosa para acabar con la guerra entre el quiero y el puedo. Bastó una ilusión, un pensamiento compartido, un detalle no esperado, un recuerdo a destiempo...Y al final valió la pena dejarse llevar por descubrir la magia de un calmado atardecer compartido, uno que borraba de una vez las huellas creadas por tormentas pasadas.
Fue un día cualquiera de un mes de invierno en algún rincón del mundo. No importan ni el dónde ni el cuándo, porque aquello fue mucho más que eso. Una noche. Un momento. Una historia, y el comienzo del resto de sus vidas.
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