Todo menos tu rutina

Puedo ser cualquier cosa que me pidas.
Te lo juro, puedo serlo todo.
Tu acierto o tu error.
Tu presente o tu adiós.
Tus lágrimas, tu sonrisa, tus miedos o tus dudas.
Tu escudo o tu diana.
Tu puerta cerrada o tu mano tendida.

Puedo serlo todo menos tu rutina.
Eso, por favor, jamás me lo pidas.
No me conviertas en tu clavo ardiendo,
en tu "menos es nada",
en el monigote que calienta el otro lado de la cama.
No me conviertas en el florero del salón,
ese que siempre ves pero que nunca miras.
Conviérteme en un recuerdo si quieres,
pero no seré tu rutina.

Comentarios

Entradas populares de este blog

Ojalá pudieras verte como yo te veo

Si me permites un consejo

El acoso de los talifanes