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Mostrando entradas de febrero, 2013

Se me hizo tarde

Os dejo por aquí algo que he escrito, que como ya dije en una entrada anterior, no sé exactamente qué es, ya que no se puede considerar ni canción ni poesía (ni nada, en realidad), pero son cosas que a veces salen, y las comparto por aquí (que para eso es mi blog, que leches!): Se me hizo demasiado tarde,  y tu camino ahora es tan diferente al mío… Antes nos faltaba el tiempo y ahora…, ahora en cada minuto no hay más protagonista que el silencio. Se me hizo demasiado tarde,  y para cuando quise seguirte el ritmo tus pasos se alejaban de mí, decidieron marcharse en busca de otro destino. No supe reaccionar a tiempo,  y ahora tus ojos no quieren ni verme. Ya no siento tu mirada tratando de encontrarme, y hace tiempo que dejé de sentirme importante. Se me hizo demasiado tarde,  y cuando quise darme cuenta  solo quedaban algunos recuerdos  desvaneciéndose  en un corazón cobarde. Se me hizo demasia...

Hay finales necesarios

Los finales siempre asustan y duelen, quizás por eso nos resistimos tanto a dar el paso. Por eso tendemos a atrasarlo el máximo tiempo posible, por eso no queremos darnos cuenta de que llegó la hora. Sin embargo, no hay nada mejor que un final a tiempo, aunque cueste, aunque parta el alma. Un final en el que, a pesar del dolor, siga intacto el cariño y el respeto. Un final con buen sabor de boca, a pesar de todo. Un final repleto de buenos recuerdos. Un final que, pasado un tiempo, nos permita dejar escapar una sonrisa ante los recuerdos. Quien lo ha sufrido sabe que no hay nada que duela más que tener que separarte de alguien a quien sigues queriendo, de alguien que te sigue queriendo. No hay nada que duela más que ese “querer y no poder”. Pero por mucho que nos resistamos a aceptarlo, a veces el amor no es suficiente, y se topa con barreras contra las que no está preparado para luchar. A veces el destino es caprichoso y decide complicar nuestro camino. Pero, aunque el desti...

El respeto hay que merecerlo

Debo decir que siempre me he considerado una persona respetuosa, ya que en mi familia desde pequeña me han inculcado que cualquier relación, sea del tipo que sea, debe estar basada en el respeto mutuo, y que todo el mundo merece ser respetado. Sin embargo, mis padres también me enseñaron que tu forma de tratar a la gente es un reflejo de la manera en la que mereces ser tratado, ya que no puedes exigir a nadie que te trate con respeto cuando tú eres el primero que no conoce ni el significado de esa palabra. El respeto no es algo que debas ganar, pero sí es algo que puedes perder con tu actitud. Lamentablemente, creo que está más que demostrado que la educación basada en el respeto se está perdiendo. Basta con encender la tele y poner uno de los programas estrella del momento. Parece mentira la facilidad que tienen algunas personas para juzgar la vida del resto, para lanzar acusaciones a la ligera, sin ni siquiera molestarse en comprobar si es cierto o no lo que dicen, sin importar...

La inocencia de un niño

Una de las cosas que más recuerdo de cuando era pequeña es que me moría de ganas por crecer. Siempre estaba soñando con hacerme mayor, y me desesperaba al ver lo despacio que parecía avanzar el tiempo. Recuerdo que cuando lo comentaba con mi abuela y me quejaba de que el tiempo parecía haberse detenido, ella  siempre me decía: “ Llegará un momento en el que te darás cuenta de que el tiempo avanza demasiado rápido, y entonces desearás volver a ser una niña. No seas tonta y  disfruta ahora que puedes, que ya habrá tiempo de crecer” . En aquel momento aquella frase me parecía la tontería más grande del mundo. ¿Cómo iba a querer ser una niña de nuevo, si estaba deseando crecer? Sin embargo, ya se sabe que las abuelas nos llevan algo de ventaja en este juego que es la vida, y no hay nadie más sabio que ellas. Así que, aunque en su momento no llegué a creerla, es ahora cuando me doy cuenta de la razón que tenía mi abuela con aquella frase. Es ahora cuando en algunos momentos d...

El sentido de la amistad

Dicen que el mayor problema del ser humano es que no sabe apreciar lo que tiene hasta que no experimenta el miedo a perderlo...y es cierto. A veces vivimos demasiado rápido, nos centramos tanto en nuestros problemas y en nuestro día a día que dejamos escapar lo que realmente importa.   Siempre he defendido que los verdaderos amigos son muy difíciles de encontrar y que, de hecho, podrían contarse con los dedos de una mano. Hasta hace poco pensaba que las personas que estaban junto a mi lo estarían para siempre, y quizás eso me llevó a centrarme en otras cosas, sin darme cuenta de que poco a poco iba dejando de lado a  una persona importante para mí. Sin embargo, yo he tenido la suerte de encontrarme en mi camino con gente maravillosa que me ha enseñado el verdadero sentido de la amistad, y que me ha hecho sentir lo afortunada que soy por tenerlos conmigo. He encontrado a gente que ha sabido entenderme cuando ni yo misma lo hacía, gente que ha seguido estando a mi lado a p...

El amor no entiende de normas

Vivimos en una sociedad repleta de normas no escritas. Una sociedad en la que damos más importancia a las apariencias que a la autenticidad. Vivimos etiquetando como “malo” todo aquello que no se parece a lo que la sociedad estipula como “normal”, rechazándolo sin molestarnos en conocerlo siquiera. Pero, ¿quién tiene el criterio suficiente para decir lo que está bien y lo que está mal? ¿Quién puede juzgar lo que no conoce? Nos resistimos a mostrarnos tal y como somos realmente, por miedo al rechazo, por miedo a lo que pueda opinar la gente sobre nosotros. He llegado a escuchar a una de mis mejores amigas lamentarse por estar sintiendo algo que según ella no debería sentir. la he escuchado lamentarse por creer que se había enamorado de la persona equivocada, solo porque no se correspondía con lo que la sociedad hubiese etiquetado como normal. Pero, ¿es la persona que saca tu mejor sonrisa la persona equivocada? ¿Es la persona equivocada aquella que siempre está pendiente de ti? ...

Algo diferente

Como dice el nombre de la entrada, hoy comparto algo diferente en el blog. No sabría decir exactamente qué es (ya, lo se, si ni yo misma sé lo que escribo mal vamos).  A veces con la guitarra de fondo salen algunas cosas, que no son ni canciones ni relatos... Son algo diferente Aprendí a no dar nunca la partida por perdida, y que las cartas a veces también pueden venir bien, que hasta el día más aburrido te guarda sorpresas, y que  incluso el rincón más oscuro se ilumina alguna vez. Descubrí que para lamentarse siempre hay tiempo, y si eso, mejor dejarlo para el último momento. Soy más de pedir perdón que pedir permiso,  de las que se lanza de cabeza sin mirar si la piscina estaba llena. Entendí que es inevitable perder el tiempo, pero también que si lo pierdes por seguir tus impulsos no es tiempo perdido, sino tiempo invertido. Estuve mucho tiempo persiguiendo a la felicidad, hasta que me di cuenta de que nunca la puedes encontrar., La fel...

La hipocresía de la Iglesia

Debo reconocer que soy una persona “creyente”, aunque de una forma bastante particular y que quizás poca gente entiende. Digamos que soy “creyente a mi manera”. Sin embargo, es bastante conocida mi fobia por los curas y el mundo de la iglesia. Cuando hablo sobre este tema, siempre hay alguien que me recuerda la existencia de gente dentro de la iglesia que realmente se implica y realiza buenas y necesarias obras sociales. Evidentemente, y como en cualquier parte, siempre hay de todo. Sin embargo, en este caso me refiero a la Iglesia como institución. Si hay un lema que resume a la perfección la filosofía de la Iglesia es aquel de “haz lo que yo diga pero no lo que haga”. Si por algo se caracteriza esta institución es por sus continuas contradicciones. ¿Qué sentido tiene predicar por la igualdad  mientras tu imagen se caracteriza por el lujo y los excesos? ¿Cómo puede una institución con tanto poder económico pedir la colaboración y los donativos de sus fieles, mientras ellos no ...

La magia

Puedo decir, y no me avergüenzo de ello, que a mi edad aun sigo creyendo en la magia. Pero no nos equivoquemos, cuando hablo de magia no me refiero a esos trucos que utilizan los magos para hacernos creer que tienen poderes (aunque he de reconocer que eso trucos “baratos” me siguen encantando tanto o más que cuando era una niña que alucinaba con cualquier cosa que veía). Cuando hablo de magia me refiero a esa fuerza invisible que, sin que nadie pueda entenderlo, es capaz de hacer que dos personas (a veces con muchas cosas en común, a veces personas totalmente distintas), se encuentren y encajen como dos piezas de un puzle que fueron creadas para permanecer unidas. Cuando hablo de magia, a lo que realmente me refiero es a la capacidad de hablar sin usar las palabras, a la capacidad de transmitirlo todo con una sola mirada, con una sonrisa, con una caricia… Me refiero a esa fuerza extraña que te hace  sentir que absolutamente todo es posible, a esa magia que te da fuerzas para afro...

Fieles amigos

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Siempre he sido una apasionada de los animales, y la verdad es que siempre he estado rodeada de ellos. A lo largo de mi vida he tenido dos mascotas conmigo: el loco de mi perro Lalo y mi gata Luna, que ya no está conmigo. Los dos aparecieron en mi camino por casualidad, convirtiéndose en una parte importante de mi vida. A Luna la encontramos hace bastantes años mientras paseaba con mi abuelo. Tenía solo unas semanas de vida y estaba escondida debajo de unos árboles. La pobre estaba muerta de hambre, y en cuanto le dimos algo de comer no dudó en venirse con nosotros. Al principio era un poco asustadiza y se sentía bastante desubicada en la casa de mi abuelo, pero poco a poco fue cogiendo confianza y acostumbrándose a nosotros. Luna era una gata muy cariñosa con todo el mundo, pero especialmente conmigo. Mi abuelo decía que se había creado un vínculo extraño entre la gata y yo, y era cierto. Recuerdo que cuando llegábamos los sábados por la mañana a casa de  mi abuelo la gata...

La música

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La RAE define la música como el "Arte de combinar los sonidos de la voz humana o de los instrumentos, o de unos y otros a la vez, de suerte que produzcan deleite, conmoviendo la sensibilidad, ya sea alegre, ya tristemente". Para mí la música es mucho más que eso. La música es una fábrica de sentimientos, un cajón repleto de historias y momentos, una ventana de la realidad y una puerta hacia los sueños. La música es aquello que se esconde detrás de todo, aquello que te acompaña a cada paso, que comparte tus penas y tus alegrías. La música es eso que en un momento te relaja y al momento siguiente te da fuerzas para comerte el mundo. Es aquella letra que se cuela en tu mente cuando menos te lo esperas, o aquella melodía que te hace mover tu cuerpo de forma inconsciente, o aquel ritmo que tratas de imitar mientras das golpecitos en una mesa… La música es algo que nadie puede explicar con palabras, algo mucho más grande que simples géneros y estilos.... La música es sim...

El tren de la vida

Alguien dijo una vez algo así como que la vida es como un tren  que se desplaza entre dos puntos. El trayecto puede ser más largo o más corto, puede estar acompañado de paisajes bonitos o puede estar repleto de sobresaltos. Si hay algo que no cambia, independientemente del tren y del destino, es el ir y venir de la gente en cada estación. A lo largo del viaje los pasajeros del tren van cambiando constantemente. Los hay que comienzan el trayecto contigo, pero a mitad de camino se bajan del vagón en busca de un destino distinto al tuyo. Hay otros que comparten tu viaje de principio a fin, pero que a lo largo del trayecto van moviéndose por los distintos vagones, a veces disfrutan del viaje junto a ti y a veces lo hacen desde el vagón más alejado al tuyo.   Pero sin duda, los pasajeros más especiales son aquellos que cogen el tren a mitad del viaje y llegan hasta tu vagón por casualidad. Por obra del destino, o lo que quiera que controle estas cosas, estas personas que...

El tiempo perdido no vuelve.

Es curioso, como de la noche a la mañana se pierden las personas que más quieres. Se marchan a un lugar del que no podrán volver, llevándose con ellas aquellas cosas que, por muy insignificantes que parezcan, añoras cada día de tu vida. Cosas como unas palabras de apoyo cuando más lo necesitas; una sonrisa tranquilizadora entregada sin ningún tipo de interés; un hombro en el que poder desahogarte sin dar explicaciones; o el simple hecho de saber que, pase lo que pase en tu vida y por muchos errores que cometas, siempre encontrarás el apoyo de ese ser querido que te arropará en las noches más frías, que secará tus lagrimas mucho antes de que resbalen por tu mejilla, y que llegará a entender tus palabras mucho antes de que puedan ser escuchadas por el viento. Sin duda, el mayor defecto del ser humano es que solamente sabe apreciar las pequeñas cosas que te da la vida una vez que han desaparecido. Y en ese momento, lo único que nos queda es sentarnos a llorar en el sofá pensando en qu...