Hay finales necesarios


Los finales siempre asustan y duelen, quizás por eso nos resistimos tanto a dar el paso. Por eso tendemos a atrasarlo el máximo tiempo posible, por eso no queremos darnos cuenta de que llegó la hora. Sin embargo, no hay nada mejor que un final a tiempo, aunque cueste, aunque parta el alma. Un final en el que, a pesar del dolor, siga intacto el cariño y el respeto. Un final con buen sabor de boca, a pesar de todo. Un final repleto de buenos recuerdos. Un final que, pasado un tiempo, nos permita dejar escapar una sonrisa ante los recuerdos.

Quien lo ha sufrido sabe que no hay nada que duela más que tener que separarte de alguien a quien sigues queriendo, de alguien que te sigue queriendo. No hay nada que duela más que ese “querer y no poder”. Pero por mucho que nos resistamos a aceptarlo, a veces el amor no es suficiente, y se topa con barreras contra las que no está preparado para luchar. A veces el destino es caprichoso y decide complicar nuestro camino.

Pero, aunque el destino se encargue de complicarnos la vida,  hay malos tragos que son necesarios, y a veces una retirada a tiempo es el primer paso para una victoria en la próxima batalla. El tiempo es el único capaz de dar y quitar razones, de cerrar heridas, de eliminar barreras. El tiempo siempre sigue su ritmo y no se detiene por nada ni por nadie.  En estos momentos, el tiempo se convierte en nuestro mejor aliado, en el mejor tratamiento para las heridas que quedan en el alma, e incluso en el mejor de los casos, el tiempo nos sorprende regalándonos nuevas oportunidades, poniendo un punto y seguido donde antes solo había un punto y aparte. Mi abuela siempre dice “el tiempo es sabio y nunca pasa en vano. Siempre pone las cosas en sus sitio y da igual lo difícil que lo veas, o que ni siquiera lo veas: si tiene que pasar, el tiempo hará que pase”.

Comentarios

  1. ¡qué bonito! ¡cuánta razón lleva tu abuela!
    Me encanta como escribes :-)

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