La magia


Puedo decir, y no me avergüenzo de ello, que a mi edad aun sigo creyendo en la magia. Pero no nos equivoquemos, cuando hablo de magia no me refiero a esos trucos que utilizan los magos para hacernos creer que tienen poderes (aunque he de reconocer que eso trucos “baratos” me siguen encantando tanto o más que cuando era una niña que alucinaba con cualquier cosa que veía). Cuando hablo de magia me refiero a esa fuerza invisible que, sin que nadie pueda entenderlo, es capaz de hacer que dos personas (a veces con muchas cosas en común, a veces personas totalmente distintas), se encuentren y encajen como dos piezas de un puzle que fueron creadas para permanecer unidas. Cuando hablo de magia, a lo que realmente me refiero es a la capacidad de hablar sin usar las palabras, a la capacidad de transmitirlo todo con una sola mirada, con una sonrisa, con una caricia… Me refiero a esa fuerza extraña que te hace  sentir que absolutamente todo es posible, a esa magia que te da fuerzas para afrontarlo todo, que te ayuda a borrar todos y cada uno de tus miedos, a eso que te hace sonreír al acordarte de la otra persona. Cuando hablo de magia, me refiero a esa extraña  conexión que se establece entre dos personas sin que nadie sepa realmente el por qué, ni cómo evitarlo.
Porque para mí no puede existir en el mundo nada más mágico y más inexplicable que el amor. Y en esa magia seguiré creyendo  por muchos años que pasen. Esa magia me acompañará el resto de mi vida.

Comentarios

Publicar un comentario

Entradas populares de este blog

Ojalá pudieras verte como yo te veo

Si me permites un consejo

El acoso de los talifanes