Rendirse es otra forma de perder
“Si luchas es posible que pierdas, pero si te rindes has
perdido”
¿Cuántas veces hemos dicho
aquello de “no soy capaz de hacerlo”? ¿Cuántas veces hemos dado por imposible
algo mucho antes de intentarlo siquiera? Tenemos tendencia a menospreciar
nuestras posibilidades, a crear nuestras propias limitaciones, aunque esas
limitaciones no existan en realidad. Al final todo se resume en lo mismo de
siempre: valoramos y envidiamos lo de los demás, y nos olvidamos de lo nuestro.
Cuando nos encontramos ante un
reto solo hay dos posibilidades: superarlo o fracasar, y quizás ese miedo al
fracaso es el que nos lleva a rendirnos antes de intentarlo. Al fin y al cabo,
siempre hay quien prefiere quedarse con la duda, antes de arriesgarse y
fracasar. Pero, ¿realmente vale la pena vivir pensando “qué hubiese pasado”?
Siempre he sido de esas personas
que, cuando se encuentran delante de un reto, trata de superarlo sin pensar en
que pueda salir mal. Soy de las que se tira sin pensarlo, sin saber si me daré
el golpe de mi vida, o si por el contrario encontraré la piscina llena de agua.
He de reconocer que mi forma de actuar me ha hecho equivocarme muchas veces, y
que algunos de esos fracasos han dolido. Pero también es cierto que he conseguido
superar otros muchos retos que han traído consigo un gran premio.
Nuestro camino está lleno de
retos y de piedras que nos detienen y nos obligan a tomar decisiones, y en
alguna de esas decisiones no podemos evitar equivocarnos. Sin embargo, también
es cierto que a veces, detrás de una decisión complicada, se esconde la mayor
de las recompensas. Los errores y los fracasos son inevitables, pero si tenemos
que sufrirlos, prefiero lamentarme por algo que he hecho antes de arrepentirme
por lo que no me atreví a hacer.
Yo debería de hacer lo mismo, lanzarme al vacío, intentar algo, dejar de ser cobarde.. Ojalá pueda conseguirlo algún día y luchar por mis sueños.
ResponderEliminarBravo por tí.