Día mundial de la sonrisa

Hoy es el día mundial de la sonrisa, y quizás no está de más dedicarlo un día a ese acto tan cotidiano como necesario. Porque últimamente nos estamos olvidando de sonreír, quizás por los tiempos que corren, quizás por la corriente pesimista que nos inunda, quizás por las injusticias que aparecen a diario en los periódicos. Y sí, reconozco que estamos en tiempos difíciles en los que algo tan cotidiano como ver las noticias se está convirtiendo en un auténtico trauma, en los que los que gobiernan nos hacen sentir como simples peleles que se mueven a su antojo. Sé que estamos en un momento de apretar los dientes y luchar, pero también es cierto que nos olvidamos de lo más importante: Las sonrisas son una de esas pocas cosas en la vida que siguen siendo gratuitas. No importa cuál sea tu edad o tu situación, porque nadie puede quitarte el derecho a reír.

Hay muchos estudios que tratan de demostrar que las sonrisas son las medicinas naturales más poderos que existen, capaces de mejorar nuestra salud. No sé hasta que punto será cierto que una sonrisa pueda llegar a curar algo físico (aunque quiero pensar que puede ayudar a hacerlo), pero lo que sí tengo claro es que las sonrisas son medicinas para el alma. Porque da igual por lo que estés pasando, los problemas a los que tengas que hacer frente, o lo malo que sea tu día, basta con dejarte contagiar por la sonrisa de alguien para que por un momento se olviden todos tus problemas. Y sí, estamos de acuerdo que una sonrisa no tiene el poder de hacer que los problemas desaparezcan, pero tienen la capacidad de recargarnos las pilas y de darnos las fuerzas necesarias para seguir enfrentando nuestros problemas diarios.

En estos tiempos de crisis podemos renunciar a muchas cosas, pero nunca debemos renunciar a seguir creyendo en el poder de una sonrisa. En la sonrisa que nace al escuchar tu canción favorita, en la que nace mientras escuchas alguna anécdota graciosa, o incluso en la que nace sin ningún motivo aparente mientras cruzas una calle. Da igual cuál sea el motivo que te lleve a hacerlo, pero nunca dejes de sonreír, porque está demostrado que la sonrisa es contagiosa. Y quizás en estos tiempos complicados nuestra mejor arma sea esa: poner al mal tiempo buena cara, demostrar a todo el mundo que por mucho que hagan, nadie nos quitará las ganas de reír.


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