Hasta nunca

Sé que probablemente pienses que me meto donde nadie me ha llamado, y que no debería opinar de algo que no tiene nada que ver conmigo. Según tú a mi esta historia no debería importarme y no debería meterme en "tus cosas". Pero siento decirte que te equivocas, porque yo también formo parte de esta historia desde el mismo momento en el que tengo que escuchar a una amiga llorando por teléfono durante horas, desde el mismo momento en el que tengo que coger un coche y sacarla de su casa porque simplemente siente que se ahoga. Tengo derecho a meterme en tus cosas, como tú dices, desde el mismo momento en el que tus cosas hacen daño a una de las mejores personas que conozco, desde el mismo momento en el que una amiga me llama destrozada para pedirme ayuda porque siente que está perdida y que no sabe qué hacer. Lo siento, pero esta historia sí me importa, y mucho… quizás mucho más de lo que te importa a ti.

No dejas de pedir que te comprendan, de decir que estás en una situación difícil que te hace mucho daño. Déjame decirte que eres la única responsable de toda esta situación, y que tú eras la única que podía haberla parado. Pero claro, para eso hace falta tener valentía y dos dedos de frente, y eso tú ni siquiera sabes lo que significa. Tú no eres más que una cobarde a la que no le importa jugar con los sentimientos de la gente que te rodea, alguien a la que sólo le importa pasárselo bien sin pensar en la gente que arrastras contigo. Estoy cansada de ver como un día le das esperanzas y al siguiente eres tú misma la que se encarga de romperlas en mil pedazos y reírte de ella, dejándola destrozada y sin ganas de nada. Y luego basta con soltar un par de lagrimitas, decir lo mal que te sientes y soltar de nuevo alguna que otra promesa que luego romperás para que todo vuelva a empezar.

Se te llena la boca diciendo que nadie te entiende, que a nadie le importa cómo te sientes y que todo es muy difícil. Claro, “qué difícil es esto de usar a dos personas cómo y cuándo me interesan”. Hipócrita. Dime una cosa, ¿te has puesto tú en su lugar? ¿Has pensado, aunque sólo haya sido un momento, cómo se sienten sabiendo que juegas con ellos, sabiendo que para ti no son más que marionetas que utilizas a tu antojo? Y a pesar de todo, ella siempre ha estado ahí. Siempre que necesitabas algo se desvivía por ti. Cada vez que decías lo mal que estabas y lo que sufrías ella se tragaba su propio dolor y trataba de ayudarte. ¿Sabes? No te la mereces. Todo el mundo mataría por tener a una persona así a su lado, y tú ni siquiera eres capaz de valorarlo, sólo te dedicas a reírte de ella.


Pero ya no más. Porque a ella le sobra toda la valentía que a ti te falta, y ella sí ha sido capaz de coger el toro por los cuernos y terminar con todo, por mucho dolor que le cause, porque prefiere eso a vivir una montaña rusa contigo. Y me da igual que te dediques a decir que yo he sido la que le ha lavado el cerebro y la que le ha metido esas ideas en la cabeza. No te equivoques, no soy yo la que le dice lo que tiene o no tiene que hacer, porque ella es la única responsable de su vida. Yo sólo me dedico a estar con ella cuando me necesita, y darle consejo cuando me lo pide, nada más. Has sido tú misma, con tu comportamiento y tus tonterías la que ha conseguido que ella abra los ojos. Y no sabes cuánto me alegro.

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