Entradas

Mostrando entradas de 2016

Eres tú

Eres tú.  Lo sé por la sonrisa que se me escapa al escuchar tu nombre. Por la forma que tienen mis ojos de buscarte entre la gente. Por mi continua necesidad de verte. Eres tú. Lo sé por el suspiro que se me escapa al pensarte. Por tu extraña capacidad de calmarme en un segundo. Porque una sola palabra tuya basta para inquietarme al segundo siguiente. Eres tú. Lo sé por mi forma de temblar cuando me abrazas. Por la tranquilidad que me invade al saberte cerca. Por tu capacidad de serlo todo sin necesidad de nada. Eres tú. Lo sé por como me siento cuando te tengo al lado. Por como me haces sentir incluso estando lejos. Por el brillo que enciendes en mis ojos. Eres tú. Claro que eres tú. Lo sé por la forma que tienen mi piel y mis sentidos de reconocerte

Pero entonces apareces tú

A veces el mundo me queda demasiado grande. A veces me arrastra con su continuo vaivén de prisas y alborotos haciéndome perder el paso, quedando desorientada y vulnerable en mitad de ninguna parte, temblando y sin capacidad de encontrar el camino de vuelta a casa. A veces me invade el frío y todos mis miedos me asaltan por la espalda, sin previo aviso, debilitándome en cada susurro hasta dejarme con las rodillas hundidas en el barro y el alma expuesta en carne viva, sintiendo el amargo sabor de la derrota. Pero entonces apareces tú... Te acercas lentamente, un susurro se escapa de tus labios y tu voz se abre paso firmemente hasta silenciar cada uno de mis miedos, y tus brazos avanzan seguros hasta rodear mi cuerpo en un cálido abrazo que consigue levantarme del barro, y tus caricias cierran cada una de mis heridas. Y entonces el mundo se vuelve pequeño, en el mismo momento en el que encuentro tus ojos y me sumerjo en ellos, sintiéndome de nuevo a salvo, invencible, en casa.

Micro-Sueño: Juntos

¿Cuánta vida cabe en un suspiro?  ¿Cuántos suspiros se escaparon de tus labios? ¿Cuántos labios coronaron esa boca? ¿Cuántas bocas mintieron por tus besos? ¿Cuántos besos se perdieron en el camino? ¿Cuántos caminos recogieron tus pasos? ¿Cuántos pasos te faltan para llegar a la meta? ¿Cuántas metas alcanzaremos juntos? Juntos, avanzando firmemente de tu mano.

Esta soy yo

Esta soy yo.  Estas son mis manías y mis defectos.  Este es mi mal humor de los lunes que empiezan demasiado pronto.  Esta es mi impaciencia y mi cabezonería. Estos son mis fantasmas. Estas son mis dudas y mis miedos, tan profundos como absurdos. Aquí los tienes, a la vista, para que después no te pillen por sorpresa. Esta soy yo. Estas son mis contadas virtudes. Estos son mis buenos días cargados de besos. Estas son mis tardes improvisadas y mis risas robadas a la rutina. Estas son mis ganas de bailar bajo la lluvia. Esta es la niña que sigue viviendo dentro de mí. Esta soy yo. Estos son mis ojos, en ocasiones huidizos, pero siempre transparentes. Estas son mis manos, a veces temblorosas, pero repletas de caricias. Estos son mis hombros, siempre dispuestos a dar apoyo. Estos son mis brazos, listos para dar cobijo y quitarte el frío. Este es mi corazón, acostumbrado a darlo todo en cada latido sin pensar en el mañana. Esta soy yo. Este es m...

Solo una palabra

Una sola palabra tuya es suficiente para tirar al suelo cada una de las dudas que se empeñan en crecer,  para alejar de mí ese maldito frío que me recala los huesos y frena cada uno de mis pasos.  Con una sola de tus palabras mi alma encuentra abrigo y descanso,  y las cadenas de los miedos quedan reducidas en mil pedazos.  Una sola palabra tuya es suficiente para desenterrar mis pies del suelo,  para reparar mis alas y retomar de nuevo el vuelo.  Para sentir que nada me asusta, que nada me puede, que todo lo puedo. Sólo una palabra tuya, justo ahora, en este momento,  reviviendo mi esperanza y dándome la fuerza que me falta. Solo una palabra tuya, no pido más que eso.

El amor

No se puede explicar el amor por la simple razón de que nadie es capaz de entenderlo. Nadie sabe cómo o por qué aparece, ni de qué depende que crezca hasta echar raíces y dar sus frutos o se desvanezca sin llegar a nada. Nadie sabe determinar el momento exacto en el que empieza o se termina, ni somos capaces de determinar cuánto debe durar cada una de sus fases -si es que realmente las tiene-. El amor no entiende de estudios, de normas o de horarios.  El amor simplemente llega cuando le apetece -nunca cuando tú lo buscas-, se divierte desmontando todos los esquemas que pudieras haberte preparado y disfruta montando un auténtico tiovivo de emociones en tu interior. En un momento te hace flotar en una nube, al otro te despierta tu lado más inseguro y te llena la mente de dudas y al siguiente te dispara la impaciencia despertándote las ganas de saltar al vacío aun sin saber lo que habrá detrás.  El amor es como un niño caprichoso e impredecible al que resulta imposible d...

La importancia de relativizar

Mi cumpleaños está a la vuelta de la esquina (o del fin de semana, mejor dicho) y, siempre que se acerca una de estas fechas tan señaladas, de pronto se activa algo en nuestra cabeza que nos invita a hacer balance de todo lo que hemos vivido hasta el momento. No sé qué sentido tiene hacerlo, puesto que el día de tu cumpleaños no deja de ser un día normal y corriente en el que lo único que ocurre es que debes de sumarle uno a esa número que simboliza tu edad pero que no la determina (siempre he creído que la edad no la determina una fecha de nacimiento recogida en tu DNI, sino tu madurez y tu actitud ante la vida). El caso es que, por mucho que te parezca la mayor chorrada del mundo y sin saber muy bien por qué, en estos días te surge la necesidad de repasar toda tu vida... y yo no soy ninguna excepción. Estos días me he descubierto a mí misma clavando la mirada en el infinito y permitiéndole a mi mente viajar muy lejos y aterrizar en mi infancia, en esas tardes de risas despreocup...

Micro-Sueño: Amor y vida

Lléname de amor y vida.  Cántame al oído la canción de tus jadeos escapando sin control de tu boca  ante el tímido pasear de mis dedos por tu cuerpo.  Entrégame la eternidad que se esconde en cada uno de tus besos.  Volemos lejos, allí donde no existen los miedos ni el tiempo.

Lo malo conocido

" El ser humano es el único animal capaz de tropezar varias con la misma piedra ", algo que debemos agradecerle a nuestra cabezonería y, sobre todo, a nuestra incapacidad de reacción. Temblamos de miedo a la hora de coger el timón y virar nuestra dirección, a la hora de tomar decisiones. No nos importa tropezar una, dos, tres u ochenta veces con la misma piedra -por mucho que en cada tropiezo aumente nuestra frustración y nuestro odio hacia esa pobre piedra cuyo único delito es permanecer allí donde siempre ha estado-, y no nos importa porque estamos acostumbrados a la resignación, porque vivimos acomodados en "lo malo conocido".  Aun sabiendo que existen alternativas, que hay herramientas para apartar o saltar las piedras y que tenemos la posibilidad de elegir otro camino, siempre nos resulta mucho más sencillo volver a tropezar de nuevo con la misma piedra, sabiendo que al menos caeremos en un suelo ya de sobra conocido. Un suelo que nos asfixia, que nos supe...

Quizás algún día

Quizás algún día encuentre las fuerzas para contarte todo aquello cuanto callo, y me decida a poner en tus manos esa parte que nadie sabe de mí.  Quizás algún día pueda acabar con todas las sombras que me encadenan y me limitan, y sea capaz de aceptar cada una de las cicatrices y los defectos que tanto me empeño en camuflar.  Quizás llegue el día en el que te mire a los ojos sin rastro alguno de los velos con los que trato de esconderme, y te permita asomarte sin reservas a todo cuanto llevo dentro y todo cuanto soy. Quizás algún día sea capaz de entregarme y entregarte todo cuanto te mereces... O quizás ese día nunca llegue y yo siga siendo la misma cobarde de siempre.

No debes tener miedo

Se acerca la hora de la despedida,  del "hasta luego", del "nos vemos pronto", y mientras te abrazo puedo leer en tus ojos la incertidumbre, las dudas y el miedo.  Créeme, no debes tener miedo.  No le temas ni al tiempo ni a la distancia porque son totalmente inofensivos.  No hay tiempo ni distancia capaz de separar dos almas  que se unieron para volar libres al compás del viento,  y la mía hace tiempo que dejó de ser mía  para ir a fundirse con la tuya y caminar de tu mano. Te llevo conmigo a cada paso.  Te escondes detrás de cada uno de mis gestos.  Mis sonrisas llevan tu nombre y en mi piel  resuena el eco de tus besos,  todos esos besos que pronto volverán a inventar para mí tus labios  y que lo míos imitarán en tu cuerpo  hasta borrar cada rastro de tus dudas. No, no debes tener miedo. No cuando, mientras te miro a los ojos, yo misma me asombro de todo cuanto te quiero.

Mini-Sueño: Amenizando la espera

El reloj cada vez avanza más lento, las horas son cada vez más largas y los días se vuelven eternos por más que intente distraerme. Pero lo peor viene en la noche, cuando la cama de pronto se vuelve demasiado grande y fría, y el silencio no para de gritarme incansablemente tu nombre...Te echo de menos, como ni siquiera sabía que se podía echar de menos a alguien. Y solo tu sonrisa consigue calmarme colándose a cada segundo en mi mente, amenizando la espera hasta nuestro ansiado próximo beso.

Hace un momento

Hace un momento la gente caminaba con prisas en todas direcciones sin ningún tipo de control ni cuidado, la megafonía resonaba a todo volumen sumándose al incansable ruido de tacones, maletas y voces, un niño lloraba sin consuelo a solo unos metros después de haberse caído al suelo, dos jóvenes reían a carcajadas mirando algún cartel y un señor de traje y corbata discutía demasiado fuerte por teléfono. Pero eso era hace un momento. Ahora ya no hay voces altas, ni carcajadas, ni llantos, ni maletas rodando, ni tacones marcando el paso, ni gente con prisas -aunque sospecho que todo eso sigue estando donde estaba-. Ahora solo hay unos ojos reencontrándose con los tuyos y unos brazos que se mueren por rodear tu cuerpo, mientras un corazón se desboca en el pecho ante la enorme alegría de volver a sentirse en casa después de tanto tiempo.

Ella es todo cuanto quiera

Ella es cabeza pensante y también corazón con piernas. Es soplo de aire fresco, espuma de las olas. rayo de sol  y  luz de luna. Ella es la calma absoluta pero también el volcán más fiero. Ella es a ratos lobo y a ratos cordero. Ella es grito y también silencio. Es la más bonita primavera pero a veces también el frío invierno. Ella es protagonista de mis desvelos y guardiana de mis sueños. Ella es todo eso y mucho más. Ella es todo cuanto quiera (y todo cuanto quiero). Porque el mundo se hace pequeño a sus pies y ella es más grande a cada paso.

Me encanta

Me encanta que me acaricies el pelo cuando crees que estoy durmiendo, que te sientes conmigo en el sofá mientras estoy leyendo y, sin romper el silencio, apoyes tu cabeza en mis piernas. Me encanta que sonrías cuando me ves llegar a lo lejos y que aparezcas por la espalda tapándome los ojos mientras que, con voz traviesa, dices en alto aquello de " ¿Quién soy? ". Me encanta que me dejes notas escondidas por la casa, que vengas a besarme antes de irte aunque se te haya echado el tiempo encima y que, cuando estás fuera, me mandes canciones que te recuerdan a mí. Me encanta que sepas cómo quiero el café sin necesidad de preguntarme y que llenes mi copa mientras sigues inmersa en una charla con la pareja de enfrente. Me encanta acariciarte el pelo mientras duermes, sentarme contigo en el sofá mientras estás leyendo y, sin romper tu silencio, hacerte saber que estoy contigo apoyando mi mano en tus piernas. Me encanta la sensación que provoca tu sonrisa cuando te veo aparecer a ...

Me pido todo cuanto eres

Me pido tus ojos para descubrir el mundo e iluminar cada uno de mis pasos. Me pido tus labios para calmar mi inagotable sed. Me pido tu cuello para perderme cada noche en busca de mis sueños. Me pido tus hombros para descansar el peso de mis inquietudes. Me pido tu pecho para bajarme del mundo y sentirme en casa. Me pido tus brazos para construir mi refugio y ponerme a salvo de cualquier peligro. Me pido tus manos para agarrarme con fuerza a la vida y tomar impulso cada vez que tenga que levantarme. Me pido tu espalda para navegarla cada noche y descifrar el mapa de tus lunares. Me pido tus piernas para rodear mi cintura y amarrarme contigo a la libertad que siempre busqué. Me pido absolutamente todo cuanto eres. Te entrego absolutamente todo cuanto soy.

No nos conocemos

Tú y yo no nos conocemos. No sabes cómo es mi voz, no eres capaz de ponerme cara, no sabes de qué color tengo los ojos, cómo tengo el pelo o cómo visto. Y yo tampoco sé nada de ti. A ojos de cualquiera no somos más que un par de extraños y, sin embargo, a ti te lo he contado todo, hasta aquellas cosas que mi gente más cercana desconoce. Te he contado mis errores y mis aciertos, mis penas y mis alegrías, te he hablado de amores y de desamores y te he desvelado mis secretos más íntimos. He compartido contigo mi forma de mirar y mi manera de entender el mundo y te he abierto de par en par una ventana con vistas a mi parte más personal y privada, a esa que tanto pudor me da sacar a la luz. Y a pesar de todo eso no nos conocemos, no somos más que dos perfectos desconocidos. Podríamos habernos cruzado más de mil veces por la calle, o incluso podríamos haber intercambiando en algún momento una de esas conversaciones absurdas que se dan en los ascensores o en las paradas de autobús. Podría ha...

Ojalá pudieras verte como yo te veo

A veces, mientras te miro quisiera decirte tantas cosas que mis palabras se atropellan y termino por guardar silencio, con los ojos clavados en ti y una sonrisa adornando mi rostro. Supongo que desde fuera debo parecer idiota en esos momentos, pero he descubierto que me encanta mirarte cuando no te das cuenta. Observarte cuando andas con tu atención puesta en cualquier cosa de la calle, cuando se te van los ojos detrás de cualquier perro que te encuentras en tu camino, cuando algo te hace tanta gracia como para reír a carcajadas, cuando ordenas tus cosas tarareando alguna canción, cuando bailas en la cocina mientras preparas el desayuno o mientras frunces el ceño viendo alguna película que no termina de gustarte. Me he dado cuenta en este tiempo de lo mucho que me gusta descubrir el mundo a través de tus ojos, de que, en cualquier atardecer, lo más especial es el brillo en tu mirada mientras te deleitas con él. Porque no se trata de lo que ves sino de cómo lo miras, y tus ojos son ese...

Gracias

No sé dónde estarás y, si te soy sincera, tampoco es que me importe demasiado. Te supongo en alguna parte desplegando tus aires de grandeza a base de miradas por encima del hombro y ese tono autoritario que siempre te acompaña, como si el mundo tuviese la obligación de girar por y para ti. Sinceramente, compadezco a todo aquel que haya tenido la mala suerte de haberse cruzado en tu camino. Pero no, no te escribo para eso. Te escribo, por extraño que parezca, para darte las gracias. Gracias por cada una de las veces que me has hecho llorar, porque así aprendí a valorar cada sonrisa por pequeña que sea. Gracias por cada una de las zancadillas que me pusiste, porque con ellas aprendí a levantarme, sacudirme la tierra y volver a recuperar el ritmo de mis pasos, más fuertes después de cada tropiezo. Gracias por cada desprecio, por cada mal gesto, por cada una de las veces que intentaste hacerme de menos, porque lo único que conseguiste fue alimentar mi orgullo propio y enseñarme a valora...

No creo en el amor a primera vista

¿Sabes? No creo en el amor a primera vista. No creo que sea posible enamorarse de alguien al que hace un segundo ni siquiera conocías. Para mí el amor necesita de la confianza, de las conversaciones -con sentido y sin él-, de la cercanía, del contacto, de la seducción, de los nervios y del tiempo, independientemente de cuánto sea, porque hay quien se enamora en una semana y quien necesita varios meses para hacerlo. Yo creo en la conexión, en la química, en los presentimientos, en esos escalofríos que consiguen provocarte algunas miradas al atropellarte por sorpresa, en el imán de esas sonrisas que te hacen detenerte en mitad de una calle repleta de gente solo para poder mirarlas, en esa sensación que se tiene de vez en cuando al conocer a alguien y te dice que pase lo que pase esa persona será especial, en esas ganas de querer saber más de alguien que se te despiertan en el mismo momento en el que habláis por primera vez... Yo creo en todo aquello que sentí la primera que me encontr...

Si te tuviese ahora delante

Si te tuviese ahora delante me lanzaría a tus labios con toda la fuerza que me faltó entonces para vencer al miedo y, tragándome el nudo de la vergüenza, te confesaría cuántas veces he deseado hacerlo mientras me hablabas. Te apartaría de la frente ese mechón rebelde que siempre se ha resistido a permanecer en su sitio y te diría lo mucho que me gusta perderme en el verde oculto de tus ojos. Si volviésemos a estar frente a frente, en aquel momento y en aquel lugar, respondería a aquella maldita pregunta atrapando tu cuerpo entre mis brazos, en un abrazo tan fuerte y cálido que dijera por mí todo aquello que entonces no supe decir, un abrazo que calmara todas tus dudas y todos mis anhelos.  Si te tuviese ahora delante, mirándote a los ojos te diría que sí, que tenías razón, como casi siempre, aunque ya sea demasiado tarde, aunque quizás ya no tenga sentido, aunque ya no quieras escucharlo.

Nuestras herramientas

Cuando nacemos nos lanzan al mundo sin habernos preguntado previamente si era lo que realmente queríamos. Simplemente nacemos y lo hacemos desnudos, sin ningún tipo de escudo que nos pueda proteger ante todo lo desconocido que se nos viene encima, y sin ninguna pauta o ningún libro de instrucciones que nos marque el camino y nos diga qué debemos hacer o hacia dónde debemos ir. Somos nosotros, con nuestras circunstancias los que, a base de pasos en falso, de tropiezos, de caídas, de errores y de algún que otro acierto, construimos nuestro camino, nuestras barreras, nuestro propio refugio y nuestra propia filosofía de vida. Esas son nuestras herramientas para construir nuestro presente y nuestro futuro, para llevar a cabo nuestras propias elecciones, para tomar todas nuestras decisiones y para, en definitiva, construir nuestra propia vida. Unas elecciones que posiblemente no todo el mundo comparta, unas decisiones que otros pueden interpretar como un error y una vida con la que puede qu...

No digas nada

No digas nada. En realidad no hace falta. Solo quédate ahí, en silencio al otro lado de la almohada, mirándome a los ojos como quien descubre el mar por primera vez, mientras mi mano juega a enredarse en tu pelo. No digas nada. Créeme, no hace falta decir nada. Dejemos que sean nuestros ojos, cada poro de nuestros cuerpos, los que lo digan absolutamente todo.

Gestos pequeños, pero valiosos

Valoro mucho a esas personas que, sin esfuerzo y sin ser conscientes de ello, tienen la capacidad de facilitar la vida de todos los que tienen cerca a base de pequeños gestos, a veces tan sutiles que se pasan por alto, pero no por ello menos valiosos. Gente que da los buenos días cuando entra a los sitios aunque no conozca a nadie. Gente que dedica una sonrisa de despedida al extraño con el que ha compartido viaje antes de bajarse del autobús. Gente que vuelve al supermercado para devolver el dinero que la cajera le ha dado de más. Gente que se acerca a ti sin conocerte para darte un caramelo que calme tu ataque de tos. Gente que sujeta la puerta cuando te ve llegar cargada de bolsas. Gente que detiene sus pasos por la calle para ayudarte a recoger los papeles que se te han caído al suelo. Gente que cada día deja pagado en el bar un café con leche y un par de tostadas para que no le falte el desayuno al señor que duerme en un banco del parque... Gente que, con sus pequeñas grandes acc...

Lo que jamás llegó a escribirse

Después de todo debería haberte olvidado, y sin embargo tu nombre me sigue sacudiendo como el peor de los huracanes. Sigues estando aquí, aunque tú no lo sepas, aunque ya no te toque, aunque ya no te mire, aunque ya no te huela. Puede que decidieras irte, pero te dejaste aquí tu recuerdo y el eco de todo aquello que pudo haber sido. Me amargan los labios por todos aquellos besos que no nos dimos, y las manos me arden por todas las caricias que murieron antes de materializarse en tu cuerpo. Debería borrarte, y tengo que hacerlo pero, ¿cómo se borra lo que jamás llegó a escribirse?

Allí es donde quiero invitarte

Allí donde prácticamente nadie me ha visto,  donde se silencian los murmullos y se apagan los focos, donde la orquesta guarda silencio y la pista de baile se vuelve pequeña, donde me olvido de los filtros y me atrevo a caminar descalza, donde me atrevo a permanecer desnuda sin preocuparme por esconder cada uno de los rotos que ha ido naciendo en mi piel. Allí donde soy más vulnerable, donde los miedos a ratos se vuelven gigantes y le concedo a las dudas el derecho de hacerme temblar, sacando a la luz cada una de mis sombras. Allí donde más de una vez dejé a las lágrimas regarme los labios, donde no hay barreras ni muros que valgan para esconder el alma que dejo expuesta, bailando a ciegas sobre una cuerda floja de la que cualquier roce la puede hacer caer. Allí donde yo soy realmente yo, y no una imagen de mí misma. Allí donde yo soy como soy y no todo aquello que la gente espera. Allí donde no hay trampa ni cartón, donde me vuelvo frágil y transparente.....

Despertar

Al calor de la mañana hoy se sumaron tus labios, mi piel rozándote las manos  y una declaración a media voz. Van tus besos a mi cuello,  cosquillas de tu pelo y un corazón  desbocándose en mi pecho. ¿Oyes eso? Son mis miedos precipitándose hasta el suelo,  huyendo, heridos de muerte, al mismo ritmo que avanzan tus ganas por cada esquina de mi cuerpo.

Te escribo

Te escribo igual que te he escrito otras veces, soñándote con los ojos abiertos a tan solo unos metros de ti, mirándote dormir a la luz de una luna que, como yo, también se rindió a tu piel. Paseo mis ojos por cada una de tus curvas, descubriendo de nuevo, como cada noche, todos tus paisajes por primera vez, despertando mis ganas de perderme en ellos. Te escribo sin filtros, a corazón abierto y con el alma latiendo un "gracias por llegar y descubrirte ante mí". Te escribo así, mientras duermes, sabiéndote más libre que nunca y notando crecer mis alas al compás de las tuyas. Te escribo ahora, en el silencio de la noche, sabiendo a ciencia cierta que cuando abras los ojos volveré a quedarme sin palabras, y entonces serán mis ojos, mis manos y mi pulso los que te hablen, declarándote lo que ninguna frase puede decir.

Entonces llegas tú

Y entonces llegas tú con tus buenas intenciones, jugando a derribar las murallas que tanto tiempo me costó levantar e insistiendo en recorrer terrenos pantanosos por los que nadie se atrevió nunca a caminar, ni siquiera yo. Ahora llegas tú, insensato, retando a un corazón cobarde que lleva demasiado tiempo dormido, escondido detrás de cientos de candados y con serias dificultades para vivir más allá del mecánico y monótono latido. Créeme, no sabes dónde te estás metiendo, porque si lo supieras ya hubieses dado media vuelta y hubieses desandado el camino, y tu mente me hubiese borrado, y tus ojos ya se hubiesen desintoxicado de mi imagen. Y nadie podría reprochártelo, ni siquiera yo. Yo menos que nadie. Así que hazlo, hazlo antes de que sea tarde y huye tan lejos como puedas convirtiéndome en un recuerdo pasajero que pronto saldrá de tu mente. No lo arriesgues todo por un imposible, ni te dejes arrastrar por los huracanes que llevo dentro, porque no merece la pena. Huye. Hazme caso...

Sería absurdo

Sería absurdo, tanto como intentar caminar sobre el agua, tanto como pretender avanzar sobre el barro manteniendo los zapatos limpios, tanto como querer tapar el sol con un solo dedo, tanto como perseguir el final del horizonte. Sería absurdo, además de imposible, querer dejarte atrás cuando ya vives en mi mente, querer pasarte por alto cuando ya todos mis sentidos se rindieron a ti. Sería absurdo esconderme tras una muralla cuando ya te llevo dentro, y seguir como si nada cuando tú eres un todo. Sería absurdo y demasiado idiota huir de ti cuando te llevo buscando demasiado tiempo. Sería absurdo a estas alturas no reconocer que te quiero.

Fue aquello

Aquel día tu pelo no lucía su mejor peinado, es cierto.  Más bien bailaba libre al compás del viento, indomable, jugando a dibujar figuras imposibles. Aquello me hizo mirarte. Después llegaste al semáforo y lanzaste un suspiro justo después de mirar tu reloj, para seguidamente lanzar una mirada amenazante al tráfico. Como si con eso pudieses detener los coches que te impedían el paso. Aquello me hizo sacar una sonrisa. Justo cuando cruzaste la calle apareció aquel gracioso cachorro que se acercó a ti en busca de juegos. Y en ese momento olvidaste todas tus prisas para arrodillarte en el suelo. Y lo cogiste en brazos dejando las bolsas a un lado. Las mismas bolsas que luego olvidaste en el suelo y te hicieron volver corriendo. Aquello me provocó una carcajada. Entonces saludaste a quien te esperaba y te sentaste en aquella terraza, aguantando con una sonrisa la reprimenda por llegar tarde. Y entonces levantaste la mirada y la clavaste en mí, aun con la s...

No creo en San Valentín.

No creo en San Valentín, ni en sus bombones, ni en sus corazones, ni en sus flores, ni en sus tarjetas, ni en sus velas, ni en sus reservas de hotel, ni en sus cenas románticas, ni en sus colores rojo pasión, ni en sus gestos destinados a la galería, ni en sus miles de simbolismos establecidos por una sociedad excesivamente consumista, ni en sus muestras de amor marcadas por un calendario...  Yo creo en los besos de un desayuno cualquiera, en las notas dejadas cada mañana en la puerta de la nevera, en la rosa que se regala sin ningún motivo, en los planes sorpresa, en el impulso de viajar para encontrarme contigo, en el masaje que relaja tu espalda después de un duro día de trabajo, en la piruleta que aparece de pronto entre mis cosas, en los bailes improvisados en el salón, en el impulso de taparte con la sábana de madrugada a pesar del enfado, en tu mano entrelaza con la mía, en el silencio compartido, en las miradas brillantes, en la chocolatina que siempre me compras cuand...

Será entonces

Será entonces, en una madrugada repleta de silencio, cuando los miedos se liberen y conquisten la noche entre aullidos que te roben el sueño. Será entonces, en el momento en el que te invada el frío, cuando tus manos avancen temerosas entre las sábanas buscando refugio. Y será también entonces cuando tus dedos tropiecen con mi cuerpo, deseoso de darte cobijo y servirte de escudo. Y mi pecho te hará de almohada. Y mis brazos rodearán tu espalda. Y mis labios besarán los tuyos hasta devolverte al mundo de los sueños.

Así

Así... Primero un pie y luego el otro. Manteniendo el paso firme y avanzando seguros, aunque la procesión vaya por dentro y seamos en realidad un manojo de nervios. Así... Con la sonrisa marcada en los labios y la cabeza bien alta, como si no estuviésemos caminando por terreno hasta ahora desconocido. Como si este siempre hubiese sido nuestro sitio y estuviésemos ya hartos de recorrerlo. Así... Como si nadie nos estuviera mirando. Como si no hubiese gente alrededor y no se alzaran voces a nuestras espaldas, ni las que nos animan ni las que ponen el grito en el cielo. Así... Tal y como lo estamos haciendo. Juntos, de la mano y pensando únicamente en nosotros y en nuestras ganas de seguir caminando. Así... Como si no existiera el mundo más allá de nosotros. Porque mirándote a los ojos llego a creer que es cierto, que sólo existimos nosotros. Así. Aquí. Ahora

Te hablo

Te hablo de una tarde de otoño caminando por el parque, con las manos en los bolsillos y los ojos clavados en las hojas esparcidas por el suelo, pensando en lo mucho que te gustaría fotografiar aquel paisaje.  Te hablo de una noche de las de película y manta en el sofá de una casa a oscuras y solitaria. con la mente viajando una y otra vez hasta a ti, preguntándome qué estarías haciendo y si también estarías pensando en mi. Te hablo del impulso de coger el teléfono y marcar tu número después de diez minutos leyendo una y otra vez tu nombre, y llamarte sin motivo ni excusas pensadas, con el riesgo de parecerte idiota, solo por poder escuchar tu voz al otro lado. Te hablo de la sensación de tener miles de mariposas revoloteando y chocándose continuamente en el estómago, de mirar incansablemente el reloj maldiciéndolo por ir tan lento y de odiar cada uno de los semáforos que me encuentro en rojo justo el día que he quedado contigo. Te hablo de la sonrisa instalada en ...

Hubo un tiempo

Debo decirte que no siempre he sido así. Hubo un tiempo en el que era capaz de decir "Te quiero" sin que las palabras se me atragantaran en el pecho, porque aún creía que esas palabras eran sagradas. Hubo un tiempo en el que no tenía miedo a mostrarme tal y como soy, porque todavía nadie había utilizado eso en mi contra. Hubo un tiempo en el que era yo, sin todas esas cicatrices que te llenan de miedos, sin todas esas murallas y cerrojos que te impiden desnudar tu alma. Hubo un tiempo, antes de ti, en el que aún no se me había alojado un invierno dentro del pecho.

Supongo

Supongo que si alguien sale de tu vida es porque realmente ya no pintaba nada en ella. Supongo que si tú no haces nada por retenerlo es porque en el fondo no te importa que salga. Supongo que si la otra persona no reclama nada es porque no quiere estar en ella. Puestos a suponer, lo lógico sería que en ese caso nadie sufriese, ni se hiciese preguntas, ni sintiese remordimientos, ni nostalgia...  Tú saliste de mi vida, yo no moví ni un dedo para que te quedaras y tú no me reclamaste absolutamente nada. Cumplimos todos los supuestos, y aún así no dejo de hacerme preguntas que no puedo responder. Aún así desde que te fuiste hay algo que empaña todas mis sonrisas. Aún así sigo imaginándome cientos de finales distintos para la historia, todos mejores al que realmente tuvo. Aún así sigues apareciendo por mi memoria demasiadas veces a la semana... Supongo que el error es vivir a base de supuestos.

Olvidé borrar tu encanto

Ey, creo que alguna vez te vi en mi barrio, esperando a cruzar la calle vestida con tu sonrisa de diario, esa que entregas a cualquier desconocido sin saber que esa sonrisa hace milagros y cura alguna que otra cicatriz. Sí, creo que ya me enamoré de ti cuando no sabía ni tu nombre y no éramos más que dos extraños. No quiero mentirte... Juraría que al final no salió bien. Creo que ya he recorrido alguna vez Madrid buscándote en el vaivén del día a día, pensándonos en cada esquina, y persiguiendo sin descanso tu nombre. Te digo más... Creo que ya intenté olvidarte emborrachándome en la barra de algún bar. Creo que un día quise borrarte. Hice desaparecer tu rostro de mi mente, y quemé el rastro de los pasos que me llevaron a ti. Creo que lo conseguí.... Pero olvidé borrar tu encanto.